Sueldos en el sector público - 25 de Octubre de 2019 - El Mercurio - Noticias - VLEX 820503593

Sueldos en el sector público

La rebaja en el número de parlamentarios y en su dieta parece ser una de las propuestas mejor valoradas por la ciudadanía en un momento como el que hoy vive el país. Por ello, la decisión del Presidente Piñera de impulsar este cambio sugiere un ánimo de sintonizar con la desafección que muchas personas sienten por las élites, y en particular por los políticos. En efecto, el apoyo a la idea de rebajar los sueldos de los congresistas parece obedecer más a un rechazo al modo en que estos desarrollan su labor, antes que a una genuina demanda por igualdad de salarios. De hecho, las mismas personas, en distintos estudios, no manifiestan oposición a que deportistas destacados o figuras del espectáculo reciban remuneraciones altas; en el caso de los políticos, en cambio, los ciudadanos parecen estimar, tal vez porque se trata de remuneraciones pagadas por el Estado, que no serían merecedores de su actual nivel de ingresos. Acogiendo ese malestar, el Presidente de la República ha ido incluso más allá, manifestando el deseo de corregir a la baja otros sueldos de la alta administración del Estado.Se trata de un tema sensible, toda vez que su alto apoyo ciudadano colisiona con la necesidad de la administración pública de contar con profesionales destacados y de alta preparación. Por cierto, la función pública tiene características particulares y demanda especial vocación; no es, y así lo ha entendido la tradición chilena, un espacio para acceder a remuneraciones desproporcionadas ni menos para el enriquecimiento personal. Sin embargo, un desalineamiento excesivo con los sueldos que paga el sector privado a profesionales de excelencia puede significar resultados no buscados, como el de terminar atrayendo al sector público solo a personas jóvenes de poca experiencia, a profesionales sin muchas alternativas o a quienes poseen un alto patrimonio personal.Esta tensión es crítica en áreas como las empresas estatales o las universidades públicas. La capacidad de las primeras de gestionarse profesionalmente pasa por contar con ejecutivos experimentados cuya concurrencia será difícil de lograr sin remuneraciones que tengan alguna relación con las que podrían obtener en el sector privado. Un caso similar sucede con las universidades, que, en la medida en que no puedan pagar buenos sueldos a profesores destacados...

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