Stefan Kramer sin máscaras
-¿Nunca has tenido una crisis existencial? Tenía que ver con el porqué hacía todo esto, con el reconocimiento y la fama. Después de Viña me pasa esto, me llaman para mil shows y no aceptaba ninguno. Me decían: "¿Pero cómo no vas a aceptarlos? Trabajaste tanto para esto". Pero no me sentía bien, no tenía ánimo. Todos veían que había tenido este éxito enorme, nadie entendía qué era lo que me pasaba. De repente vi que "la hice", ese era el objetivo único, y al día siguiente te das cuenta de que ese éxito ya fue y dices: "No me preparé para lo que venía, solo pensé en esto". Fue angustiante. Dejé de actuar, bajé la carga, empezamos a ver otra rutina, que no me gustó. Me decían: "Nunca vas a superar lo que hiciste", y yo pensaba: "¿Si hago esto y lo encuentran malo?".
En la entrada de la oficina de Kramer Producciones -en Av. San Josemaría Escrivá de Balaguer, en Vitacura- hay un estante con premios que Stefan Kramer Solé (34) ha recibido en su carrera, gente que se pasea de polera y jeans, unas cajas de pizzas apiladas y una oficina de reuniones con una mesa larga hecha de piezas de Lego. El comediante habla a ritmo veloz, no deja de mover una pierna y no puede evitar imitar voces y citar algunos de sus monólogos. A ratos, cuesta sacarlo de sus personajes para hablar de sí mismo.
Falta un mes y medio para que estrene en TVN su programa Camaleón, el show de Kramer, el primero que hace en cinco años, y que tendrá público, segmentos en vivo, imitaciones, entrevistas, sketch y música. La carta de presentación del espacio fue con una imitación de Felipe Camiroaga, a quien había imitado solo una vez, en Animal nocturno. Esa vez no quedó conforme y esta era una revancha y un guiño al animador con el que tuvo su última incursión estable en pantalla. Inicialmente pensó en imitarlo en la Teletón, pero le pareció inadecuado. Esta vez lo hizo.
-Fue unir todo: volvía a la tele, pero ya no para estar al lado del animador por 15 minutos e irme, sino para hacerme cargo de un programa entero.
La idea del espacio surgió de otra crisis que tuvo: ya no quería hacer más imitaciones y pensaba mostrar otras facetas de humor. Entonces, él y su equipo idearon una serie en la que trabajaron durante ocho meses. Como le suele pasar, no quedó satisfecho con el resultado.
-Pensé que ya no estaba para seguir siendo imitador, que era una etapa quemada y que sería bueno hacer esta serie con cosas cotidianas. La mostré al mercado y decían: "¿Por qué Kramer está en esto? Y me pasó algo: un día tuve que ir a hacer un show que me pidió mi papá en el Club Manquehue -donde Hermann Kramer es coordinador deportivo- y pensaba que como ahí todos me conocen, temores estúpidos, iban a aburrirse con rutinas que ya conocían. Recomendé a un amigo actor, pero él estaba urgido y le dije que lo acompañaba. De la nada armamos una rutina de...
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