Sofofa: bajo apoyo y presión de grandes grupos derriban a Álvarez y dejan vía libre a Larraín
Y vino el déjà vu .
Ayer sufrió su primera y gran derrota gremial. Y, como una buena jugada de ajedrez, por jaque mate. Doscientos veintidós días después de que en octubre del año pasado se declarara -en entrevista con "El Mercurio"- disponible para liderar la Sofofa, y 19 días después de que el pasado 22 de abril lanzara formalmente su candidatura.
El ex diputado UDI; ex subsecretario de Hacienda y ex ministro de Energía de Sebastián Piñera, y actual timonel del gremio de Alimentos y Bebidas (AB Chile), Rodrigo Álvarez Zenteno, bajó finalmente su postulación a la presidencia de la Sociedad de Fomento Fabril.
Dejó así libre el camino para que su contendor, el ex presidente y ahora director de la eléctrica Colbún, Bernardo Larraín Matte, suceda a Hermann von Mühlenbrock en las elecciones previstas para el 31 de mayo.
Si lo hace, como la lógica indica hasta ahora, Larraín -miembro del grupo Matte, uno de los tres principales grupos económicos del país- se convertirá en el presidente número 35 en los 134 años de historia de la Sofofa. Y el primero, desde el triunfo de Von Mühlenbrock en 2013, que llega como candidato único.
Razones... ¿y presiones?
Según varias fuentes empresariales consultadas por "El Mercurio", la bajada de Álvarez estuvo influida por una serie de factores (ver recuadro) , pero el consenso gira principalmente en torno a dos: el bajo apoyo -al menos público- que logró concitar su postulación y las presiones -incluidas presiones económicas, según algunos- que habrían ejercido los grandes grupos económicos para, primero, lograr una lista unitaria y, desechada esa opción, inclinar la balanza a favor de Larraín en desmedro de Álvarez.
Otros suman un importante factor de realismo, ya que si bien el ex ministro y su entorno se dieron por ganadores todas las veces que pudieron, en privado los cómputos habrían favorecido a Larraín: 70 a 30 a su favor, en un escenario optimista; y 58 a 42, también a su favor, en un resultado más estrecho.
La decisión de Álvarez sorprendió a muchos y también trajo alivio a varios. Se evitaría así, pensaban ilusamente, una elección fratricida y confrontacional como la que Von Mühlenbrock y Andrés Navarro (apoyado por Larraín y varios de los consejeros que hoy lo respaldan a él) protagonizaron hace dos años, cuando el segundo le disputó sin éxito la reelección al primero.
Pero, nuevamente, la realidad dijo otra cosa y reflotaron los dardos que se han lanzado desde ambas veredas. Que a Álvarez le pesaba...
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