Sindicatos se unen para protestar contra los despidos y la alta inflación en Argentina
Advirtieron que las soluciones "no pueden quedar sujetas al mercado" y amenazaron con adoptar medidas de fuerza, como un paro nacional, si el gobierno que asumió hace poco más de cuatro meses no atiende sus demandas.
"Las respuestas la están esperando los trabajadores hoy, la inflación es hoy y los despidos se producen hoy", dijo Pablo Moyano, secretario adjunto del Sindicato de Camioneros.
La marcha ocurre dos días después del primer revés parlamentario del gobierno, luego de que el Senado aprobara un proyecto de ley de emergencia ocupacional (antidespidos) que fue impulsado por la oposición y los gremios.
La propuesta prohíbe el despido de trabajadores "sin causa justa" y permite a las personas que pierden sus puestos obtener una doble indemnización. Macri considera que esa ley podría ahuyentar las inversiones que el país necesita con urgencia y ha dicho que la vetará si es aprobada en la Cámara de Diputados, donde el gobierno no tiene mayoría.
Reacción presidencial
Macri siguió los reclamos sindicales desde Tucumán (1.200 km al norte), donde anunció un Plan Nacional del Agua con el cual se prevé crear 200.000 puestos de trabajo.
"Todo el mundo tiene el derecho a expresarse, pero estamos trabajando en todas las cuestiones que plantean", dijo el Presidente, quien enfrentó su primera gran manifestación en contra.
"Sabemos que hay bajar la inflación, hay que generar más empleo y que haya más inversiones, y para eso estamos trabajando todos los días", apuntó.
En un intento por equilibrar la economía que recibió de su antecesora Cristina Fernández, Macri devaluó casi un 30% el peso argentino, impulsó despidos en el sector público y subió las tarifas de servicios básicos, como transporte, agua y luz, en un 300%.
Según los sindicatos, unos 100.000 empleados públicos han sido despedidos desde diciembre. El gobierno solo reconoce la cesación de 11.000 puestos de trabajo, y lo justifica en su intento por reducir el excesivo gasto fiscal que mantenía el anterior gobierno, frenar el déficit público y controlar la inflación, que ya se empina al 40% anual, una de las más altas del mundo.
"El gobierno tenía una agenda que era demasiado optimista. Y hubo cosas que no explicó bien, como el haber prometido que la inflación iba a bajar, cuando primero iba a subir, porque, además de una inflación heredada, había una inflación reprimida. Ellos mismos se enredaron en la situación cuando prometieron una inflación del 20 o 25% para este año. Un absurdo", comenta...
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