Simuladores de pacotilla
A raíz del proyecto presentado por el PC para anular la Ley de Pesca aprobada en 2013 bajo fundadas sospechas de cohecho, el senador Jorge Pizarro, presidente de la DC, reaccionó esta semana con virulencia en contra del partido de la hoz y el martillo, criticando su sectarismo, falta de transparencia, totalitarismo, débil compromiso con la libertad y su opción por la violencia.
La reacción no se dejó esperar y el diputado Guillermo Teillier, presidente del PC, respondió tildando a la Falange de golpistas y corruptos.
Solo transcurridas unas pocas horas, como si se tratara de afirmaciones intrascendentes, ambos dirigentes dieron por superada la disputa, señalando que "aclararon las divergencias" y acordaron "centrar su esfuerzo en los acuerdos electorales para la elección municipal".
¿Está basado este intercambio de juicios y acusaciones en cuestiones menores, meramente formales, o más bien se trata de acusaciones mutuas que apuntan a aspectos sustantivos, del ideario mismo y de las formas esenciales de acción política para acceder al poder y dirigir los destinos de un país?
Evidentemente se trata de lo segundo. La discusión, al menos en sus apariencias, enfrentó dos concepciones radicalmente opuestas acerca de valores centrales de la vida política. Por ello, y sin ser demasiado agudo, salta en seguida la duda de si acaso se puede resolver este nivel de discrepancias entre dos partidos, en cuestión de horas, como si aquí no pasara nada, como si esto fuera un altercado trivial.
Si la política se hace en serio, no es cuestión de pegar un par de manotazos como en un recreo escolar para que todo acabe prontamente al sonido de campana que indica el retorno a clases. Se requiere, en cambio, de una discusión seria y honesta.
A la luz de los acontecimientos, estamos en presencia entonces de una impostura y finalmente de un engaño de la dirigencia política hacia la ciudadanía.
En El crimen perfecto, Baudrillard esboza las estrategias de la apariencia y la construcción de una hiperrealidad, en la cual la conciencia no distingue la realidad de la fantasía. Mediante acciones y declaraciones, los políticos hábiles lograrían entonces crear un escenario político y lograr que la ciudadanía lo acepte como "real", asistidos por medios de comunicación que moldean drásticamente la manera en que percibimos un acontecimiento o experiencia.
Realmente ni a la dirigencia DC ni PC les importan ya los principios, sino que pretenden construir una hiperrealidad en la...
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