Las siete vidas de Rodolfo Seguel - 21 de Octubre de 2023 - El Mercurio - Noticias - VLEX 950159054

Las siete vidas de Rodolfo Seguel

Le dijeron que no tenía vuelta. Que con suerte iba a llegar a vivir cuatro meses, que lo derivarían a un tratamiento paliativo, porque era imposible que su cáncer al hígado se mejorara. Pero aquí está Rodolfo Seguel, el mítico dirigente sindical que en 1983 llamó a la primera manifestación contra Augusto Pinochet, siete años después, sentado en el comedor de su casa en Isla de Maipo, donde vive desde 2009, hablando fuerte y mandando a todos en su casa. Siempre ha sido así, incluso en estos siete años en que debió hacerse exámenes, cada vez con el temor de que la enfermedad hubiera vuelto.Pero ese miedo se acabó: el 3 de octubre su oncólogo le dio el alta definitiva.-Decidí escribir que estaba de alta definitiva en Twitter porque fue un hecho importante en mi vida. Esta enfermedad marcó un antes y un después para mí. Imagínese, si yo tenía cáncer terminal. La historia es terrible, muy fuerte para mi familia.Todo comenzó a fines de 2016, cuando su dentista lo mandó a hacer unos exámenes de sangre. El día en que los debía ir a buscar fue al teatro a ver la obra "Viejos de mierda", y su hija quedó a cargo de ir a retirarlos.-Eran muy malos, la alfafetoproteína, que es un marcador tumoral, estaba en 113 y lo normal es 7. Mi hija llamó al doctor y se los leyó, entonces él le respondió: "Tu papá se va a morir, tiene cáncer". Cuando llegamos a la casa de vuelta de la obra, ella solo fumaba. Nos costó que nos dijera lo del resultado. Casi me morí con la noticia. Fue una noche dura. Y después pasaron cosas peores -dice.Al día siguiente fue a ver al oncólogo, le hicieron muchos exámenes, hasta que descubrieron que tenía un tumor en el hígado de 8 a 10 cm.-Y entonces, me voy a la clínica del cáncer Arturo López Pérez. Y me toca un doctor jovencito, bien pituquito y me dice: "Tiene cáncer, yo no puedo hacer nada. Tiene que hablar con otro colega para que le dé un tratamiento paliativo". "¿Cómo?", pregunté yo. "Sí, porque esto ya no tiene vuelta". Textual, en la López Pérez. "¿Usted me está diciendo que me compre una pala y una picota para hacer el hoyo?", le dije. "Si usted quiere tomarlo así", me dice.Finalmente, llegó donde un oncólogo en la Clínica Indisa.-Le pregunté al doctor cuánto tiempo me quedaba de vida. "Cuatro meses". Miró a mi hija, a mi señora; estaba la cagada, todas llorando, menos yo y el doctor. Y le pregunto: "¿Hay algún remedio que puedo tomar?". Me respondió que había uno carísimo, que costaba tres millones y medio la caja para 28 días. "Yo no me voy a morir ni cagando", le dije. "Trabajemos", dijo él.Tras eso, cuenta que les dijo a su señora e hijos que no quería que viniera nadie a su casa porque él no se iba a morir y que la primera caja de ese remedio la compró él.-Pero luego le conté a mi amigo Exequiel Silva que necesitaba este remedio, él fue diputado conmigo y en ese momento trabajaba en algo en La Moneda, era asesor, y me dijo: "Pero tú eres Prais (Programa de Reparación y Atención Integral en Salud y Derechos Humanos)". La Ley Valech, que da asistencia médica, escolar, de casa, de todo para los torturados, exonerados, toda...

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