Siete miradas al Chile que recibirá al próximo Presidente - 26 de Marzo de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 672138437

Siete miradas al Chile que recibirá al próximo Presidente

Y señala algunos. Para erradicar los campamentos recurriría, por ejemplo, a "Techo", a "Desafío Levantemos Chile" y al sector privado. También convocaría a los privados para que, junto al Hogar de Cristo, entre otras instituciones, solucionaran el drama de los alumnos fuera del sistema escolar, la crisis del Sename o la extrema pobreza. "Es ahí donde está el expertise técnico, la experiencia, la capacidad de gestión e incluso parte de los recursos. ¿Por qué suponer siempre que la solución está en ampliar el ámbito de acción del Estado desplazando a la sociedad civil y al sector privado?", se pregunta.

Piensa que el principal "desafío será lograr acuerdos con distintos sectores políticos en torno a agendas puntuales, con una mirada de largo plazo". Una social, una procrecimiento y una de modernización del Estado son las tres agendas que, en su opinión, el próximo gobierno tendrá la oportunidad de enfrentar.

-¿Y cómo ve al Chile al que deberá hablarle el próximo gobierno?

-Un Chile donde hay una mayoría silenciosa que ha progresado en los últimos 25 años, satisfecha con su vida, que evalúa positivamente su trabajo y que piensa que sus hijos tienen mejores perspectivas que las que ellos tuvieron. Pero que también siente inseguridades y temores, fragilidad sobre lo ya logrado.

Con ese temor deberá conectarse el nuevo gobierno, dice el presidente de Colbún y miembro de la tercera generación del grupo Matte, que también continúa el interés por la cosa pública a través del CEP y del directorio del Hogar de Cristo.

Respecto de las demandas de grupos organizados, plantea procesarlas, "no simplemente hacerlas suyas". Ahí también están los "pendientes" conocidos en salud, educación -"con importantes correcciones sobre lo que ya se ha hecho"- y pensiones, pero también los que a ratos "se invisibilizan y postergan: las 500.000 personas que viven en extrema pobreza, los 70.0000 jóvenes que están fuera del sistema escolar, los chilenos que siguen en campamentos o los niños descuidados por el Sename".

Toda esta avalancha de expectativas en un escenario de alta restricción financiera, "una economía con crecimiento mediocre y una inversión muy alicaída", recalca. Y en una política, "más fragmentada, con bajos niveles de legitimidad y permeable a grupos de presión".

Por eso considera urgente el "desafío de modernizar nuestro Estado, despolitizarlo, ponerlo a disposición de los ciudadanos, de los desafíos sociales y del crecimiento". Ahí profundizaría la reforma a la Alta Dirección Pública, establecería una agencia de evaluación de impacto regulatorio independiente del gobierno de turno y tomaría solo dos o tres instituciones que requieren modernizarse y que son relevantes para la inversión en Chile. Sugiere: Institucionalidad de aguas, Sistema de Evaluación Ambiental y Comisión Nacional de Energía. "Observando lo que pasó con Dominga, ¿alguien duda que el Sistema de Evaluación Ambiental debe gozar de mayor autonomía?".

-¿Y qué haría con las reformas de este gobierno y que los empresarios tanto critican?

"¿Alguien duda que el nuevo gobierno deberá corregir y reorientar las reformas tributarias, educacional y laboral?", responde. Y entrando en la tercera también propone: "aprovechar la propuesta del PC de reducir la jornada laboral y debatir lo que realmente importa en esta materia: la libertad total para pactar diversas jornadas entre trabajadores y empleadores".

"No hemos sido capaces de reconstruir el vínculo entre sociedad y política"Pese a las reformas sociales y políticas de este Gobierno, el divorcio agudo entre sociedad y política, al final, entre Estado y ciudadanía, no ha cedido, sostiene. Quizás entre las pocas luces alentadoras que ve estén los nuevos intelectuales que han emergido en todo el arco político, empujando un debate casi olvidado "durante los oscuros años 90".

Él mismo forma parte de ese movimiento, desde la Izquierda Autónoma, en el think tank Nodo XXI que dirige, y antes desde la SurDA, el colectivo universitario anterior a las movilizaciones estudiantiles.

Director de Sociología de la U. de Chile, Carlos Ruiz Encina escribe hace años sobre la "desarticulación social" post Pinochet y del estilo de "gobernabilidad democrática" que condujo la Concertación. Y sigue viendo un agotamiento general que apunta muy al fondo de un sistema construido sobre actores que perdieron su prestigio y que no dan espacio a una sociedad que cambió profundamente. "Hay una transformación enorme y hay un problema de actualización. Hay vieja política en todas partes que se resiste a dejar el cetro, hay jóvenes en la derecha que tampoco se sienten representados", explica.

"El Estado no trajo más igualdad y el mercado más libertad", dice, resumiendo la tensión política que le dio sentido a la participación ciudadana en los 90. Hoy el 70% de los chilenos es pasivo porque todo tiene que resignificarse a la luz de una nueva sociedad que ya no es "la vieja clase obrera, tampoco la vieja clase media desarrollista; son los hijos de la modernización que están diciendo que no aceptan esta política". Es eso lo que no deja avanzar, dice el sociólogo, y seguirá siendo "el desafío" de cualquiera que gobierne Chile en los próximos años. "La desconfianza general con la política será la debilidad de cualquier gobierno, no hay mayorías sustantivas, cualquiera sea el tipo de reforma o cambio que se quiera impulsar, se hace con bajos niveles de legitimidad".

Y les cae a todos por...

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