¿Sexo débil? La historia de cuatro mujeres homicidas - 10 de Marzo de 2019 - El Mercurio - Noticias - VLEX 771278329

¿Sexo débil? La historia de cuatro mujeres homicidas

Estrangular hasta la muerte a un hombre fornido, mover su cuerpo, descuartizarlo y repartir los pedazos en distintos lugares de Santiago tenía que ser la obra de otro hombre, y en realidad de más de uno. Pero había sido una mujer, o así lo confesó Rosa Faúndez, la esposa de Efraín Santander, el suplementero cuyos restos comenzaron a aparecer en el invierno de 1923 en distintos lugares de la capital. La justicia no le creía: una mujer -el sexo débil, dócil, doméstico- no podía ser la autora. Por eso Faúndez tuvo que probar en el mismo tribunal que sí era posible: se acercó a un policía, el más robusto, lo rodeó con sus brazos, lo arrastró hasta un baúl y dejó al funcionario dentro de él. "¿Una mujer pudo haber hecho por sí sola el descuartizamiento del cadáver?", se preguntaba "El Mercurio".Ese es uno de los casos incluidos en "Las homicidas" (Lumen), libro de la escritora Alia Trabucco Zerán (Santiago, 1983). Autora de la novela "La resta" (2015), en este nuevo volumen Trabucco elige el ensayo y la crónica para relatar el caso de cuatro mujeres asesinas: además de Faúndez, Corina Rojas, quien en 1916 complotó con su amante para matar a su esposo, en un caso conocido como "el crimen de la calle Lord Cochrane"; María Carolina Geel, la escritora que asesinó a su pareja de un balazo, en 1955, en el hotel Crillon; y María Teresa Alfaro, la trabajadora doméstica que entre 1960 y 1963 envenenó a los tres hijos de sus empleadores y a la abuela de los niños, y que fuera bautizada por la prensa como "la asesina de las mamaderas".InexplicablesLa novela "La resta" se sitúa en el Chile posdictatorial, partiendo desde fines de los años ochenta. Como en "Las homicidas", hay en ella muerte y cadáveres; y como escribió el crítico Rodrigo Pinto, un desacomodo de las versiones oficiales. Ese ojo crítico, revisionista, también se posa sobre los casos del nuevo libro de Trabucco, sobre las historias que la sociedad, los medios, la justicia, construyeron acerca de esas asesinas: ante lo inimaginable que es una mujer criminal, se apeló al amor, a los celos o la histeria para volver a normalizarlas; se ocultaron los homicidios, escribe la autora, tras la "cortina" de la pasión-¿La violencia y el crimen emparientan "Las homicidas" y "La resta"?"Sí, la violencia es un elemento en común, aunque son violencias muy distintas. La violencia política es central en 'La resta', mientras que en 'Las homicidas' uno de mis criterios fue que no se tratara de casos de violencia...

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