Sergio - 18 de Marzo de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 705993233

Sergio

Lo dijo en una larga conversación con los integrantes de "Cónclave Deportivo", el programa de radio La Clave.

El capitán o ex capitán, vaya a saber uno, no sigue la pauta nacional ni el acuerdo tácito y establecido, donde el recuerdo del trato coloquial causa espanto y revuelve la memoria.

Lo de ahora es Jadue. La modificación del nombre al apellido es una manera de decir nos engañó a todos. Es culpable después de la confesión y está en espera de la condena. Se transformó, convirtió y es cosa de pensar en el doctor Jekyll y el señor Hyde. Esa es la idea. El doctor Sergio y el señor Jadue. Ahora es Jadue. Un demonio, y se dice de forma cortante y a secas, sin dudas y como latigazo.

En una época inolvidable fue Sergio, Checho o Chechito, donde el diminutivo es costumbre en el trato chileno. Era un inocente y un ángel, una sensación confirmada por el Papa, que lo recibió en el Vaticano y le aceptó regalos: camiseta de Chile, réplica de la Copa América -la original la ganaría la selección- y el peluche Zincha, que fue la mascota. Francisco le obsequió un rosario, que probablemente viajó con Sergio a Miami y que debe estar lustroso y brillante por el uso y abuso.

Bravo aún habla de Sergio. Debe ser el único en la comarca del fútbol. El portero no niega el mal que cometió en su rol de demonio, pero es capaz de recordar tiempos distintos, cuando andaba a los abrazos y les solucionaba cosas mínimas, y seguro que era de engañitos, favores y sorpresas. Y por supuesto lo tuteaban. Sergio para arriba y para abajo. Comer juntos, echar la talla, el pelo y el chiste.

Era Sergio, el tuteo y un trato de...

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