Séptima Sinfonía de Mahler: donde el pasado sucumbe a las urgencias del presente - 21 de Abril de 2019 - El Mercurio - Noticias - VLEX 779072261

Séptima Sinfonía de Mahler: donde el pasado sucumbe a las urgencias del presente

A fines del siglo XIX, la orquesta sinfónica llegaba a los límites de su crecimiento debido a la confluencia de factores técnicos, artísticos y empresariales. Al mismo tiempo que los instrumentos de viento perfeccionaban sus mecanismos de emisión del sonido, incrementando su volumen y precisión, aumentaban los músicos formados en los nuevos conservatorios y se consolidaban las orquestas profesionales, tanto en Europa como en Estados Unidos. Este era el panorama que le esperaba a Gustav Mahler (1860-1911) al inicio de su carrera artística en 1880, volcada más a la dirección que a la composición.Conocido como un director exigente, Mahler siempre se esforzó por lograr la máxima precisión y compromiso de los intérpretes que actuaban bajo su dirección, lo que muchas veces le valió la antipatía de músicos y administradores. "Nunca había yo imaginado una palabra tan precisa, un gesto tan autoritario, capaces de reducir a los demás a una obediencia ciega", señala su discípulo, amigo y biógrafo, Bruno Walter, pionero en el rescate de su obra. A los 30 años de edad, Mahler ya era considerado un maestro en la conducción de las grandes orquestas de la época, y bajo su batuta desfilarían, entre otras, la orquesta de la Ópera de Hamburgo, la Filarmónica de Viena y la Filarmónica de Nueva York, que dirigió hasta poco antes de su muerte.Debido a su nutrido calendario de conciertos, Mahler solo podía componer con tranquilidad durante los veranos, retirándose con su esposa Alma y sus dos hijas a orillas de un lago en Austria, donde creaba en estrecho contacto con la naturaleza. Lo que escribía entre julio y agosto, lo orquestaba el resto del año en los momentos que su intensa labor como director se lo permitía. Luego revisaría una y otra vez lo escrito, indicando hasta el más mínimo detalle en su grandiosa obra. Con este método de trabajo, Mahler nos legó 10 sinfonías, cinco ciclos de canciones con orquesta y dos ciclos de canciones con piano.En sus sinfonías, Mahler logra reconciliar dos vertientes de la música del siglo XIX que parecían estar en las antípodas: la persistencia del formalismo clásico en la obra de Schumann y Brahms, por un lado, y el impulso hacia la música descriptiva, iniciado por Berlioz y coronado por Liszt. De esta manera, junto con el uso de la forma sonata clásica y sus derivados, en las sinfonías de Mahler abundan los títulos descriptivos, como si se tratara de verdaderos poemas sinfónicos. La primera es conocida como "Titán"; la...

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