18 de septiembre y una independencia de larga gestación - 18 de Septiembre de 2013 - El Mercurio - Noticias - VLEX 461464602

18 de septiembre y una independencia de larga gestación

La historia, además de ser un intento de conocer, comprender y explicar el pasado, ha sido utilizada como herramienta para la creación de imaginarios colectivos. Producido el desmoronamiento de la monarquía y la emancipación de los territorios americanos, la historia resultó ser una pieza fundamental en la consolidación del ideario republicano. En la difusión de este a todos los sectores de una sociedad poco alfabetizada y con élites ignorantes de los objetivos del nuevo orden político, se usó y abusó de las simplificaciones en torno a lo que había sido el antiguo régimen y a lo que se esperaba del reemplazante. No extraña, por tanto, que conceptos como independencia, patria y libertad se asocien necesariamente al 18 de septiembre de 1810.

Dos siglos después, sabemos que el proceso que parece tan íntimamente unido a esta fecha se había iniciado mucho antes; que la relación entre la metrópoli y América fue, por razones obvias de distancia, bastante más débil que lo imaginado y que, en resumen, aquel resultó ser de extremada complejidad.

Hay al menos tres aspectos que conviene considerar para comprender el desarrollo de los hechos que habrían de concluir en la ruptura de una de las tantas provincias de la monarquía hispana con su metrópoli y en su transformación en república independiente. La primera apunta a considerar la singular situación de un imperio cuya parte más importante, América, estaba en el mejor de los casos a meses de navegación de España, y podía extenderse por acción de los piratas o las contingencias bélicas. Ante un cuadro de esa naturaleza, derivado de la geografía y de las limitaciones náuticas de la península, se entiende que los nexos entre esta y los territorios americanos fueran débiles. Las normas dadas por la Corona, por la lentitud con que se dictaban, por el reducido conocimiento de la realidad de los nuevos territorios y por los intereses de sus gobernantes y habitantes, no siempre se cumplían, o bien, mediante un cambio en su sentido, se adaptaban a las circunstancias locales.

La autonomía de hecho en que se desenvolvieron las sociedades del Nuevo Mundo, tan singulares por su estructura étnica y por los extensísimos espacios en que se configuraron, permitió el desarrollo de un intrincado sistema de negociaciones y acuerdos entre la Corona y sus súbditos americanos. Los cabildos, representantes de los "pueblos", es decir, de las élites criollas, mantuvieron una relación ambigua y a menudo tensa con las...

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