Sepa cuáles son las obligaciones del corredor de propiedades y qué hacer en caso de irregularidades
El ser parte de alguno de estos organismos da la certeza de que el corredor no tiene antecedentes penales y que se expone a multas o a su expulsión en caso de faltas a la ética. Sin embargo, en ninguna de las dos instituciones los miembros rinden pruebas de competencia. Ante esto, no es difícil pensar que algunos corredores pueden cometer errores de procedimiento durante la compraventa de una vivienda. Son faltas de prolijidad que pasan inadvertidas, hasta que comprador y vendedor entran en conflicto. Para evitar pasar estos malos ratos, lo mejor es conocer cuáles son los vicios más comunes.
Rol principal
El corredor publicita la propiedad, busca interesados y da cuenta de las bondades de la vivienda. En definitiva, la vende. Pero también tiene que tener claridad sobre si la propiedad está en regla con la municipalidad, quiénes son sus dueños y si tiene gravámenes o hipotecas pendientes.
"Ellos preparan la carpeta legal para que cuando llegue el cierre de negocio, la operación sea más ágil. Que no nos demos cuenta recién ahí que había un embargo o arriendo previo inscrito", dice Pelayo Valenzuela, socio de Valenzuela Abogados.
Desde Coproch advierten que de las pocas denuncias que reciben, gran parte son por mala gestión. "Hay corredores que se sientan detrás de un escritorio y no se mueven, y mandan a sacar a los propietarios todos los papeles", señala Marcia Marchant, secretaria nacional general de la entidad. Al incurrir en negligencias en el cumplimiento de las obligaciones, el organismo puede imponer una multa de 3 a 5 UF.
Un defecto común es tratar de asesorar a las partes más allá de dichas funciones. "El corredor debe tener una idea clara de lo que tiene que hacer y no tiene que meterse donde no le corresponde. Por ejemplo, uno no estudia títulos o redacta contratos. Hay que saber guiar, pero nunca tomarse otras atribuciones", señala Juan Enrique Peró.
Para José Manuel Figueroa, socio de FIHS Abogados, un problema habitual es que el corredor inste a firmar promesas mal redactadas. Y Peró coincide: "El que solo quiere la comisión va a decir que firme porque está todo bien, pero un corredor serio solo va a asesorar y siempre recomienda que vea un abogado el documento".
En estos casos es complicado tomar acciones legales o recurrir a alguna entidad gremial, pues el corredor hace esta "asesoría" a modo de favor, pero la firma que finalmente queda registrada es la del cliente y, para todos los efectos, él es el responsable de sus...
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