Sensibles - 26 de Julio de 2014 - El Mercurio - Noticias - VLEX 521377402

Sensibles

Aquella muestra de Ron Mueck consistía en nueve obras pavorosamente realistas, horriblemente fuera de escala, que producían asombro, vértigo y desolación: una mujer y un hombre gigantescos, sentados bajo una sombrilla, que parecían contemplar el tedio inevitable de la vida; una mujer ínfima que llevaba una bolsa de las compras y cargaba a su bebé como si regresara a un campo de concentración; una pareja joven que parecía conversar tranquilamente mientras el chico retorcía, por detrás, la mano de la chica en un gesto de violencia escondida. Mueck es un artista parco y disciplinado, y no da entrevistas. Las reseñas decían que había expuesto, en Proa, "las vulnerabilidades del alma humana a partir de volúmenes que solo por su asimetría están disociados de la vida real. Sus personajes son, en su mayoría, seres solitarios, ensimismados, y parejas unidas por vínculos inescrutables. Todos son rehenes de estados emocionales insondables".

La retrospectiva de Yayoi Kusama era como hundirse sin anestesia en las volutas de un cerebro asfixiante: espacios repletos de lunares pop, de penes flojos, el desván de un cerebro atormentado por las obsesiones. Kusama vive internada por voluntad propia en un psiquiátrico de Japón desde 1977 y dice cosas como: "Pongo todo mi corazón y toda mi alma en la pintura, el resto del tiempo preferiría morirme". El curador de la muestra, Phillipe Larrat-Smith, la describió como "adicta al suicidio". "Nacida en un hogar imposible, con padres que no se llevaban bien; criada en medio de las tormentas cotidianas que enfurecían a mi madre y a mi padre; atormentada por una angustia obsesiva y por miedos que derivaban en alucinaciones visuales y auditivas, asma y luego arritmia, taquicardia y la ilusión de 'ataques alternativos de alta y baja presión', más la sensación de que la sangre inundaba el cerebro un día y se escurría al siguiente, esos episodios de desorden mental y nervioso, por los que sangraban las heridas que me había dejado una adolescencia oscura, son la fuente fundamental de mis creaciones artísticas", escribió ella en su autobiografía. Tuvo alucinaciones desde los 10 años, su madre la obligaba a seguir a su padre cuando este se citaba con amantes para después pedirle que le contara esos encuentros. Cuando le preguntaron si pensaba que era posible superar el dolor, respondió: "Vengo pensando en suicidarme desde que era muy...

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