La semana política - 1 de Abril de 2012 - El Mercurio - Noticias - VLEX 363149526

La semana política

Más allá de la renuncia del ministro Álvarez

La renuncia de Rodrigo Álvarez a la cartera de Energía, por el relieve del dimitido ministro y por las circunstancias que la precipitaron y rodearon, ensombreció una buena semana de resultados para el Gobierno y para la Alianza. Sobrevino ella en un momento especialmente inoportuno, precisamente cuando la UDI se aprestaba a realizar su consejo general y a elegir a su nueva directiva, configurándola como lo que podría ser una instancia de convergencia de las tendencias y generaciones que coexisten en su seno. Esto es especialmente necesario para enfrentar dos años políticamente desafiantes, con difíciles elecciones municipales dentro de siete meses, y decisivas parlamentarias y presidenciales en 2013. Las tensiones en torno a dicha renuncia son disruptivas para esa orientación ordenadora.

Es de desear que este episodio pueda superarse cuanto antes, pues afecta la imagen de la actividad pública para el grueso de la ciudadanía, ajena a las sutilezas a veces bizantinas de la "clase política". La población esperaría que las energías se reencauzaran visiblemente hacia las verdaderas prioridades nacionales, numerosas y apremiantes. Casos como el citado contrastan vivamente con un país que se ve sólido en sus buenos logros de empleo y crecimiento económico.

Para dos años electorales, calidad y entendimiento.

En estos dos años electorales, la Alianza debe dar prueba de su capacidad de superar personalismos y sacar adelante sendas propuestas convincentes de idóneos candidatos municipales y parlamentarios. Tiene que seleccionar y preparar candidatos de calidad para las campañas municipal y parlamentarias, y no parece haber mucho espacio restante. Y respecto de la elección presidencial, parece razonable que haya una primaria en la que se midan rectamente los precandidatos de ambos partidos de la misma y un independiente, para abrirle opciones atractivas al electorado de centro, con el obvio compromiso de que quien gane sea el abanderado indiscutido de todo el sector, especialmente si compitiera Michelle Bachelet. Menos realista parece la idea de que compitan en primera vuelta, por separado, sus figuras que aparecen actualmente con probabilidades.

En sus primeros dos años, la actual administración ha exhibido muchos desentendimientos internos -entre técnicos y políticos, entre La Moneda y los partidos, en la relación entre Presidente y ministros, con un "segundo piso" más escrutador de fallas que articulador...

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