Una semana en la frontera sur de Estados Unidos - 5 de Noviembre de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 652633213

Una semana en la frontera sur de Estados Unidos

Talavera es un campesino cafetalero hondureño; acababa de bajarse de La Bestia, el tren de carga que utilizan los migrantes para atravesar México. Ahora se preparaba para saltar a Estados Unidos por tercera vez. Ninguna de las opciones que tenía era atractiva, y ambas involucraban caminar durante días por el desierto: o pagaba miles de dólares a un guía o cargaba una mochila llena de drogas para un cartel.

La primera vez, un cartel mexicano lo secuestró y se llevó todo su dinero. En su segundo intento llegó a Estados Unidos pero lo atraparon, lo detuvieron durante dos meses y lo mandaron en un avión de regreso a Honduras. Fue la primera vez que voló. "Un mes para llegar, cuatro horas para regresar", recuerda Talavera con una sonrisa. "Por lo menos el boleto fue gratis".

Ahora la frontera se aproximaba de nuevo. Si lo atrapan, enfrentará seis meses de arresto. No le importaba. "Regresaré y lo intentaré de nuevo", dijo. Nada podía detenerlo, aseguró. Ni siquiera un muro nuevo.

En todo el mundo se están erigiendo muros. En Europa, columnas de refugiados que serpentean por las fronteras han hecho que los líderes busquen una solución de concreto y alambre de púas.

La solidaridad hacia los inmigrantes, que alguna vez se encendió mediante imágenes de niños ahogados que el mar había arrastrado a costas europeas, se ha acabado debido a los ataques terroristas en Bruselas, París y Niza. La postura defensiva se ha extendido a África, donde Kenia planea construir un muro de 708 kilómetros a lo largo de su frontera con Somalia para excluir a la milicia shabab.

Estados Unidos, una tierra de migrantes, jamás pareció necesitar muros. Tenía agua -vastos océanos al este y oeste- y, desde 2001, un formidable programa de visas. Sin embargo, este año, el sueño de una gran barrera protectora a través de la frontera con México, de 3.220 kilómetros, catapultó la propuesta presidencial de Trump y, sorprendentemente, la hizo posible.

"!Construyan el muro¡", corearon al mismo tiempo el candidato y su audiencia en los mítines este año. No obstante, mientras más te acercas a la frontera, menos piensan que pueda funcionar; entre ellos, los propios simpatizantes de Trump y los funcionarios de las fuerzas policiales.

"El muro es una fantasía", dice Tony Estrada, sheriff del condado de Santa Cruz, Arizona, un distrito fronterizo que es uno de los pasajes más utilizados por contrabandistas y narcotraficantes. "No me importa qué tan grande, qué tan alto, qué tan largo sea...

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