Seguridad pública, desafío político - 31 de Agosto de 2014 - El Mercurio - Noticias - VLEX 526161278

Seguridad pública, desafío político

Las tareas de un gobierno no se limitan a la ejecución de un programa de reformas previamente comprometido en campaña. El ejercicio diario de su rol le impone retos cuya dimensión e importancia política pueden incluso exceder las de aquellas iniciativas. Un ejemplo es la seguridad pública y el deber de garantizarla. Esta es una de las funciones básicas del Estado moderno, tanto por su incidencia en la vida cotidiana de las personas como por el impacto gravitante que tiene en la imagen del país. Al respecto, hechos acaecidos durante las últimas semanas constituyen preocupantes campanadas de alerta.

Desde luego, el asalto ocurrido en el aeropuerto de Santiago hace 15 días evidenció cómo autoridades altamente calificadas simplemente no habían pensado en el tema de la seguridad terrestre en un recinto que hoy se muestra en extremo vulnerable. Y si ese hecho dio cuenta de importantes capacidades organizativas, de planificación y de manejo de recursos por parte de grupos delictuales, mayores aún fueron las exhibidas por el grupo narco detectado a principios de julio en Los Vilos, que logró simular toda una operación minera, gastando una suma estimada en cien millones de pesos, para encubrir sus actividades. Esta semana, a su vez, el baleo de un auto en movimiento realizado desde una moto y que dejó como saldo la muerte de una mujer, en un aparente ajuste de cuentas, ha mostrado prácticas criminales hasta ahora desconocidas en Chile, como las ejecutadas por sicarios en la violenta Colombia de las décadas de 1980 y 1990.

En un ámbito distinto, tras las primeras medidas adoptadas para enfrentar el robo de cajeros automáticos, los delincuentes han desarrollado nuevos métodos, como el de las explosiones con gas, cuya habitualidad sorprende. Resultado de esto, la ciudadanía ya sufre los efectos de la merma de estos dispositivos, cuya cobertura y buen funcionamiento eran hasta hace poco una preciada característica del país.

Hechos acaecidos durante las últimas semanas constituyen preocupantes campanadas de alerta.

Un estado a la zaga

En contraste con este continuo desarrollo de las técnicas delictivas, las acciones del Estado parecen quedar a la zaga. Casi risible es que recién ayer haya comenzado en La Araucanía la televigilancia permanente de la Ruta 5 por parte de Carabineros, después de un año y medio de anuncios sobre la instalación de cámaras.

Una actividad criminal que muestra crecientes niveles de sofisticación no puede ser enfrentada por...

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