Seguridad, la amenaza que desvela al Gobierno
"El combate a la delincuencia va a ser central". Así lo establecía el Presidente Gabriel Boric en su primera entrevista, al Diario Concepción, el 8 de enero pasado.Hoy, ya como Presidente en ejercicio, lleva poco más de tres semanas en el poder, 24 días, 576 horas.Es también un lapso en el que, más allá de complicaciones propias de toda instalación, hay un tema que ha provocado dolores de cabeza en el nuevo gobierno y, sobre todo, en el Ministerio de Interior: la seguridad pública.Para muestra, un botón. Habían pasado menos de 12 horas desde el cambio de mando, cuando un grupo de anarquistas y violentistas se tomó Plaza Baquedano y provocó destrozos, tal cual como vienen haciendo hace dos años.Aquel día, en Carabineros y en las municipalidades de Santiago y Providencia estaban expectantes. Un nuevo gobierno representaba, ojalá, un respiro.No fue así.Luego, vinieron más señales. El 15 de marzo, la ministra Izkia Siches quiso debutar con un gran gesto simbólico: una visita a la comunidad mapuche de Temucuicui en Ercilla. Pero antes de llegar, su comitiva se encontró con un auto en llamas en el camino y balazos al aire. Debió devolverse.En el Gobierno trataron de poner paños fríos. Sin embargo, dos semanas después, el subsecretario Manuel Monsalve, vivió algo similar. No pudo continuar su camino hacia Cañete, tras toparse con una barricada.Lo tres ejemplos marcan, según los expertos, un complejo precedente para un gobierno que quiere "más Estado" y "más diálogo político", pero que tiene problemas "para tener algún tipo de control sobre los lugares a los que quiere acercarse", según expresa un experto cercano a Carabineros. Un diagnóstico que también es compartido por los alcaldes. "Queremos que el Estado llegue y se quede", dijo la alcaldesa Claudia Pizarro, en La Moneda.Esta falta de control, en medio de lo que se esperaba fuera una "luna de miel", ha generado preocupación en La Moneda. Al punto de que la ministra Siches se ha visto obligada a salirse de la línea oficial que había establecido el Gobierno, muy crítica de la policía uniformada y centrada principalmente en las reformas o refundaciones del futuro. Hoy, en cambio, ha hecho varios gestos a la institución, que buscan un efecto inmediato.Sin embargo, en Apruebo Dignidad no hay un acuerdo sobre la línea a seguir. Si un lado de la balanza se comienza a inclinar hacia la seguridad, el otro comienza a hacer más fuerza hacia las refundaciones y los DD.HH.Una dualidad que se notó esta semana y que probablemente acompañe al Gobierno durante...
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