Sede vacante - 5 de Marzo de 2013 - El Mercurio - Noticias - VLEX 426344674

Sede vacante

Admirador en muchos sentidos de Juan Pablo II, no dejaba de hacerme preguntas en los largos años de su enfermedad. Antes del advenimiento de los medios de comunicación modernos, el final de la vida de un Pontífice, por larga que fuera su agonía, era sublimado por un sistema que había perdurado por siglos. Distinto es el implacable escrutinio moderno que muestra al detalle los cambios físicos, borrando de un plumón las inhibiciones de otras épocas. El deterioro físico se transmite a la organización, que en otra época tenía su propia dinámica. Por ello, la abdicación de un Papa podría ser conjeturable.

La de Benedicto XVI ha sido una especie de maremoto. Aunque sea razonable, que no se piense, sin embargo, que no habrá consecuencias difíciles de sopesar. No será gratis. El Papado en la tradición católica está ligado a la fundación sagrada, y abdicaciones -como se ha recordado estos días- ha habido solo un puñado de veces en dos mil años, la última hace seis siglos. Una reforma, por necesaria que pueda ser, exige su tributo en lo inasible del patrimonio espiritual. Esto podría ser el núcleo del desafío que la modernidad presenta a la Iglesia. Probablemente vendrán otras iniciativas o reformas, quizás indispensables, pero cada una de ellas conllevará un estremecimiento.

En este último medio siglo muchas voces se han alzado pidiendo reformas drásticas, "que se ponga al día", que "se modernice", con mezcla de razones y sinrazones. Las más airadas pocas veces proceden de una inquietud espiritual o del desasosiego por el futuro de la Iglesia. En ciertos casos como que le piden que deje de ser religión para convertirse en dispensadora de terapias. Se olvida que el monoteísmo que hoy en día avanza -en algunas áreas del mundo a zancadas-, el islamismo, no lo ha hecho "modernizándose", sino recurriendo a una versión ultraortodoxa de sí mismo, lo que llamamos fundamentalismo.

No lo estoy proponiendo para las iglesias cristianas. En el contexto del hombre moderno y del cristianismo, una empresa así lleva inevitablemente a la formación de sectas. Otro abismo de ese camino es que se transforma en el Príncipe de este Mundo, un poder por el poder en sí mismo. Lo vemos en algunos...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR