'El sector privado debe participar sin complejos ni inhibiciones en el debate de las políticas públicas'
n viaje a California, un incendio en Quillota y un encuentro en Puerto Varas han marcado las últimas semanas de Bernardo Larraín Matte, presidente de Colbún y uno de los miembros más activos y públicos de la nueva generación de la familia Matte, controladora de la eléctrica chilena, CMPC y Entel, entre otras compañías. En Estados Unidos, Larraín participó en un seminario sobre energía en la Universidad de Stanford (California), donde se empapó de las discusiones de alto vuelo sobre la materia, donde coexisten distintas fuentes de generación y sistemas de transmisión y almacenaje. De vuelta a Chile, enfrentó el incendio en la central a gas Nehuenco. Y al final de la semana partió al encuentro empresarial de la Alianza del Pacífico.
En esta entrevista, el timonel de Colbún delinea los desafíos que tiene el país en políticas públicas y en materia energética, al tiempo que desliza una crítica por la ausencia de voces que validen la iniciativa privada. "En Chile estamos en un debate primario, de más Estado o menos Estado, más regulación o menos regulación. Hay un gran protagonismo de posturas pro-Estado y están bastante diluidas o no hay tantas voces para posturas que plantean más mercado, más iniciativa privada o más sociedad civil", sostiene. Y habla desde lo que sabe: la energía. "Es muy legítimo que un gobierno de centroizquierda plantee la ampliación del giro de Enap o la transformación de los CDEC (centros de despacho eléctricos) en entidades estatales y asignarle más roles a la Comisión Nacional de Energía (CNE). Lo que sorprende más es que no haya voces disonantes respecto de eso. Los acuerdos son más sólidos cuando parte de posturas políticas nítidas y diferentes y en el camino se encuentran en espacios de acuerdo".
Larraín advierte que en el mismo sector eléctrico, el plantear caminos únicos le pasó la cuenta al país en el pasado. "A fines de los 90 nos jugamos en un 100% por el gas natural argentino, se prescindió por un buen tiempo de centrales hidroeléctricas y de carbón. Luego vino la crisis del gas argentino, y tuvimos que volver al carbón".
-En este contexto, ¿qué opinión tiene de la Agenda 2050, que establece que a ese año el 70% de la energía vendrá de fuentes renovables?
"Es una meta ambiciosa y movilizadora, así como consciente de las complejidades que supone, porque postula que esa meta se logra no solo con energía solar y eólica, sino que también con un rol bastante protagónico de la energía hidroeléctrica, con la expresa mención de que ésta sea con embalses con capacidad de regulación para gestionar la variabilidad de las fuentes no convencionales".
-En esa discusión, ¿hay opciones de reflotar HidroAysén?
"No quisiera hablar de proyectos específicos, pero sí decir que no hay que renunciar al potencial hidroeléctrico de Chile, que alcanza a 15 mil MW. En el largo plazo uno puede contemplar el desarrollo del potencial hidroeléctrico de la Región de Aysén".
"Los países más verdes del planeta, Canadá y Nueva Zelandia, han desarrollado su potencial hidroeléctrico, y lo siguen haciendo; en los Alpes suizos se están desarrollando 1.000 MW hidroeléctricos con embalses con capacidad de regulación. En América Latina, distintos países lo están haciendo, y en Chile nos estamos quedando atrás. Colbún, con Angostura, ha demostrado que se puede equilibrar el potencial hidroeléctrico de una cuenca con el turismo y la sana convivencia de las comunidades vecinas".
-Planteó hace poco que los reguladores eléctricos...
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