Los secretos de una exploradora de cavernas subterráneas para sobrellevar el aislamiento - 6 de Abril de 2020 - El Mercurio - Noticias - VLEX 842643631
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Los secretos de una exploradora de cavernas subterráneas para sobrellevar el aislamiento

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Vincent

La situación de confinamiento temporal que están experimentando varios chilenos es algo a lo que está habituada la espeleóloga española Natalia Morata.Ella ha participado en numerosas exploraciones de cavernas subterráneas alrededor del mundo desde que comenzó a dedicarse a la actividad en los años noventa. Uno de los lugares que más visita es el aislado archipiélago Madre de Dios, en la Región de Magallanes. Una zona deshabitada, pero que tiene espectaculares cuevas de caliza."Las embarcaciones nos dejan y se van, y nos quedamos allí solos operando durante dos meses, con poca capacidad de comunicación, ya que solo nos conectamos mediante teléfonos satelitales y en forma limitada", cuenta.Morata reconoce que ha pasado hasta tres días en una cueva, por ejemplo cuando se han producido imprevistos como accidentes o se han inundado por lluvias. "En ese caso, pensar en la familia es algo espontáneo, porque uno quiere comunicar que está bien o que se tranquilicen, pero no ayuda mucho en ese momento concreto. Personalmente, procuro tener la mente fría en el sentido de que como sé que no sirve de nada proyectar pensamientos que me puedan crear más angustia, intento controlarlos para que no afecten los niveles de energía mental y perder los nervios".Al contrario, dice que el mejor antídoto para superar lo que llama "vicisitudes" subterráneas es el humor. "La risa es el mejor desbloqueante de tensiones, y, bajo tierra, nos reímos mucho", cuenta.A esos momentos de aislamiento puntual hay que sumarles las semanas que debe pasar encerrada junto a sus colegas en el campamento base o los campamentos de avanzada, cuando las condiciones de tiempo son malas, como ocurre habitualmente en esa zona.Mientras en el primero conviven hasta unas 30 personas en una cabaña de menos de 40 metros cuadrados, en el campamento de avanzada el grupo no supera las cinco personas. "Es normal que se produzcan roces y que al no tener un espacio vital se esté más irritable. Pero existe como una inteligencia colectiva en los grupos en que cuando uno tiene un bajón, el otro intenta...

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