Salvar la comida - 27 de Febrero de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 596018626

Salvar la comida

Esos panes y yogures que comen todos los días los ancianos los reciben de la corporación Red de Alimentos, el único banco de comida que existe en Chile, una institución que distribuye a organizaciones sociales los productos que a las empresas les sobran o no pueden vender.

Dos veces por semana, el hogar recibe papas fritas, frutas, verduras, galletas, harina y todo tipo de lácteos, productos que de no ser por el banco habrían sido destruidos. Son las "mermas" para las empresas: alimentos que están aptos para su consumo, pero que no pueden venderse porque están próximos a vencer, porque tienen su envase dañado o por fallas en sus etiquetas.

La temporada también saca del mercado algunos productos, ya que su venta depende de la fecha y del clima, como los huevos de chocolate de Semana Santa, las aguas en verano o los panes de Pascua. En el caso de las frutas, llegan porque están más feas, y como los exportadores y los supermercados priorizan que brillen, no clasifican.

Antes de 2010, todos estos alimentos se destruían, y la ley lo incentivaba: donar era caro y destruir no costaba nada. Hoy, ambas opciones les cuestan cero pesos a las empresas. Pero lo que hacen con esos alimentos es su decisión y no hay un mecanismo legal que lo regule. Si botan, si donan, depende de ellas.

-Toda la comida que no se podía comercializar terminaba en las máquinas compactadoras y luego en los vertederos. Hoy, hemos podido reducir esa cantidad de destrucciones gracias al apoyo de las principales empresas de alimentos, pero evidentemente las donaciones que recibimos no constituyen el total de los alimentos que se pueden rescatar en Chile -dice Margot Kahl, ex rostro de televisión y actual gerenta general de Red de Alimentos, sentada en su oficina en la bodega del banco, ubicada en San Bernardo.

Según el último informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), un tercio de los alimentos que se producen al año en el mundo se desperdicia, lo que equivale a 1.300 millones de toneladas que aún se podrían comer.

De esta cantidad, el mayor número de desperdicios se da en las empresas productoras, en los supermercados, restoranes y en el consumo del hogar.

Recientemente, Francia aprobó una ley que prohíbe a los supermercados botar o destruir los alimentos que no vendan, con lo que se transformó en el primer país del mundo en poner freno a esta conducta habitual del mundo del retail. En vez de botar la comida, el nuevo reglamento...

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