¿A qué sabe la primavera en Montreal? - 17 de Julio de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 645208201

¿A qué sabe la primavera en Montreal?

Es primavera en el Old Town de Montreal y una atmósfera de goce recorre las calles adoquinadas del centro histórico. Pasado el tiempo del frío, aquí parte la temporada de celebrar "afuera", y en los callejones aledaños a la plaza principal de la ciudad -como la peatonal Rue Saint Paul-, los restaurancitos despliegan terrazas, las galerías de arte -pequeñas, pero con excelentes muestras- se mantienen a puertas abiertas y las vitrinas de boutiques de autor cargadas de tenidas frescas atraen multitudes de gente.

En días como este cuesta recordar que hace unos meses la ciudad más poblada de Quebec (la provincia de habla francesa en Canadá) vivía -en pleno invierno boreal- temperaturas que alcanzaban fácil los 30 grados Celsius bajo cero: una panorámica casi completamente blanca, donde los habitantes se protegían en la Ciudad Subterránea (Montreal tiene el subsuelo más extenso del mundo: 33 kilómetros de plataformas que cobijan unas dos mil tiendas, metros, restaurantes y hoteles). Ahora todo eso parece un sueño frío.

Hoy, un viernes de junio, el cielo azul primaveral solo está pintado con un puñado inofensivo de nubes. La temperatura ronda los 24 grados. Y el aire que se respira en la ciudad es como el de una celebración tras meses hibernando: todos parecen ansiosos de aprovechar lo más que se pueda el simple hecho de estar "afuera", con actividades que van desde conciertos hasta comidas. Nosotros vamos por lo segundo, con objetivos como el brunch de Marché de la Villete (324 Rue Saint Paul Ouest).

Propiedad de una familia de origen francés que por varias generaciones se ha traspasado el oficio de carnicero, este es un bistró con una infinita variedad de patés caseros, terrinas, confits de pato y foie gras, tan reconocidos que hay que llegar temprano para alcanzar algunos de los productos frescos del día. Como sea, aquí hay que probar la tabla L'assiette de la Villette, con una muestra de lo mejor de los quesos y embutidos de campo de la casa, todos exquisitos y de factura impecable. Son los mismos productos que se pueden ver en la vitrina iluminada al fondo del local, dispuesta con tanto cuidado que pareciera ser el altar de este bistró de ambiente familiar.

Luego, desde la Rue Saint Paul se caminan unos diez minutos hacia el Old Port, la extensa costanera que bordea el canal Lachine (el que le da a Montreal su condición de isla).

EXPEDICIÓN SOBRE RUEDAS

El Old Port en sus amplios muelles integra parques al mismo nivel del agua, además de ciclovías y otros...

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