'En 'Rusalka' la música lo es todo' - 3 de Mayo de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 568422650

'En 'Rusalka' la música lo es todo'

Estas creencias y narraciones sirvieron de inspiración al poeta checo Jaroslav Kvapil, autor del libreto que luego musicalizó Antonín Dvorák y que terminaría convirtiéndose en la más célebre de sus óperas: "Rusalka" (1900). Este es el título con que el Teatro Municipal de Santiago inaugurará oficialmente su temporada lírica 2015, a partir de este viernes 8 de mayo, a las 19:00 horas.

"Abrir con un título así, estreno sudamericano, me parece una audacia maravillosa", comenta el régisseur argentino Marcelo Lombardero. El cantante y director de escena ha sido protagonista de varios de los hitos fundamentales en la historia del coliseo de Agustinas. En 2006, por ejemplo, estuvo a cargo del estreno absoluto en nuestro país de "La vuelta de tuerca", de Benjamin Britten, dos años más tarde dirigió otro debut en Chile: "El castillo de Barba Azul", de Béla Bartók. Suma y sigue, porque en 2009 fue el turno de "Lady Macbeth del Distrito de Mtsensk" de Shostakovich; en 2010 regresó con "Alcina", de Haendel, y en 2011 con "Ariadna en Naxos", de Richard Strauss, y en 2013 puso en escena otra de las cumbres de Britten (estreno latinoamericano): "Billy Budd".

"Me siento tremendamente privilegiado. Es un orgullo que me escogieran a mí para estrenar todos estos títulos que nunca antes se habían dado en Chile", señala Lombardero a pocas horas de llegar de Monte Carlo (Mónaco) donde, justamente, le tocó poner en escena la elogiada producción del Teatro Municipal de Santiago de "Lady Macbeth del Distrito de Mtsensk", de Shostakovich. Añade que montar "Rusalka" es un "desafío porque es un tipo de repertorio al que no estoy tan acostumbrado y que nos significó, a todo el equipo de producción, tomar el camino del dolor, es decir, buscar un camino para nada sencillo que nos permitiera resignificar esta ópera, acercarla hasta nuestros días". A juicio del régisseur, "Rusalka" es un cuento de hadas, "dramatúrgicamente poco interesante, pero con una música maravillosa. En esta ópera la música lo es todo, por eso la puesta en escena la hemos enfocado al servicio de la partitura".

En ese contexto, añade, decidió remontarse a los orígenes de esta obra y desde ese punto comenzó a delinear su propuesta escenográfica-teatral: "Finalizando el siglo XIX, el género lírico está en apogeo, es el espectáculo preferido por todas las clases sociales y sirvió para unificar. Estamos ante una época, con el fin del Romanticismo, marcada por los fuertes lazos nacionales. Antonín Dvorák...

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