Rumania recuerda los 30 años de la caída de Ceaucescu - 24 de Diciembre de 2019 - El Mercurio - Noticias - VLEX 830338861

Rumania recuerda los 30 años de la caída de Ceaucescu

Mientras el joven paracaidista Dorin Carlan conducía al Jefe del Estado hacia el paredón de fusilamiento, este se giró y le miró por un instante con lágrimas en los ojos. En efecto, Nicolae Ceaucescu había sido durante 23 años padre y guía de todos los rumanos. El país lo adoró y él acabó confundiéndose con el personaje. Aquel día de Navidad de 1989, tras ser traicionado, iba a ser ajusticiado junto a su mujer en un cuartel.Ceaucescu había nacido 71 años antes en la aldea de Scornicesti. Hijo, junto a nueve hermanos, de campesinos pobres, se trasladó muy joven a la capital, Bucarest. Allí se afilió al Partido Comunista Rumano (PCR), lo que le llevó a prisión hacia 1943. Compartió celda con Gheorghiu-Dej, su protector y futuro Jefe del Estado tras la II Guerra Mundial. En su progresiva ascensión, Ceaucescu llegó en 1965 a primer secretario del PCR. En ese puesto eliminó a los viejos camaradas que podían hacerle sombra y en 1967 era Jefe del Estado y del Partido, máximo dirigente de un régimen socialista díscolo.Como Conducator (caudillo), se opuso con vehemencia a la invasión soviética de Checoslovaquia (1968), desobedeciendo además los planes económicos que Moscú había trazado para Rumania. Los rusos pretendían convertir el país en mero proveedor agrícola del bloque comunista. Pero Ceaucescu impulsó, a través de créditos con países occidentales, una profunda industrialización bajo la idea de alcanzar la autosuficiencia energética.El caso rumano renovó en Europa la ortodoxia y la estética estalinistas, la exacerbada adoración del líder.Ceaucescu se había casado con Elena, una mujer de origen humilde, inculta, después de la guerra. En 1974 era nombrada miembro de la Academia Rumana, máximo título para un científico en el país. En política, su ascenso fue también meteórico: ya en 1980 era viceprimera ministra.Comienza la rebeliónLa demolición de todo un viejo y romántico barrio en Bucarest para construir el edificio más grande del mundo (que debía alojar las altas instituciones del Estado), culminaba el sueño megalómano de Ceaucescu. El Palacio del Pueblo debía culminar y recordar para siempre el mandato del Conducator.Pero en el país las cosas no iban bien. En 1977 se produjo una feroz huelga de mineros, que mantuvieron secuestrado al ministro del ramo durante dos días. Y 10 años más tarde, una violenta revuelta en Brasov indica la existencia de una oposición clandestina al régimen.La distorsión entre la vida cotidiana de los rumanos y la del...

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