Ruanda contra las bolsas de plastico
No son narcóticos ni oro, ni diamantes extraídos ilegalmente, que con frecuencia cruzan hacia Ruanda. Pero sí son contrabando a los ojos de Egide Mberabagabo, vigilante fronterizo.
¿Cuál? Las bolsas de plástico.
"Son tan malas como las drogas", dice Mberabagabo, miembro de una docena de funcionarios cuyo trabajo es atrapar contrabandistas y deshacerse del plástico ilícito.
En Ruanda es ilegal importar, producir, usar o vender bolsas y envases de plástico, excepto en industrias específicas, como hospitales y productos farmacéuticos. La nación es una de las más de 40 en todo el mundo que ha prohibido, restringido o aumentado los impuestos sobre las bolsas de plástico, tal como China, Francia e Italia.
Pero el enfoque de Ruanda está en otro nivel. Los traficantes capturados con plástico ilegal pueden ser multados, encarcelados o forzados a confesar en público.
Los contrabandistas pueden recibir hasta seis meses en la cárcel. La policía dice que los ejecutivos de compañías que guardan o fabrican bolsas de plástico ilegales pueden ser encarcelados hasta por un año. Hay tiendas que han sido cerradas y multadas por envolver el pan en celofán, y sus dueños han debido firmar cartas de disculpa. Todo como parte de la limpieza ambiental que realiza el país.
Las bolsas de plástico, que tardan cientos de años en degradarse, son un problema mundial importante: se les atribuye la obstrucción de los océanos y la muerte de la vida marina. El mes pasado, Kenia implementó una regla que castigará a cualquiera que fabrique, venda o importe bolsas de plástico con hasta cuatro años de cárcel o una multa de 19 mil dólares.
En Ruanda, las autoridades dicen que las bolsas contribuyen a las inundaciones y evitan que los cultivos crezcan, porque el agua de lluvia no puede penetrar en el suelo cuando está plagado de plástico.
La política hacia las bolsas de plástico parece estar dando sus frutos: las calles de la capital, Kigali, y otros lugares de este país montañoso y densamente poblado están casi inmaculados. Hombres y mujeres son vistos regularmente a los lados de las carreteras barriendo la basura, y se requiere que los ciudadanos una vez al mes participen en un gigantesco esfuerzo de limpieza del vecindario, incluido el Presidente.
Los vigilantes de las bolsas de plástico están en todas partes, desde los aeropuertos hasta las aldeas, y alertan a las autoridades sobre ventas sospechosas o uso ilegal de plástico.
Mberabagabo, el funcionario fronterizo, inspecciona...
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