Roser Bru y la tenaz persistencia de su pintura - 30 de Agosto de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 581398738

Roser Bru y la tenaz persistencia de su pintura

El lunes fue elegida Premio Nacional de Arte. La decisión fue unánime. Habían elegido a la primera artista en Chile, como escribiera Waldemar Sommer, que logró conciliar magistralmente la pintura con el arte informalista y la gráfica. Y en cuyo arte se encuentran reveladores capítulos de la historia.

A sus 92 años sigue pintando. "Hago unas dos obras a la semana, las que después retoco y les doy una solución última", cuenta a Artes y Letras en medio de su amplio estudio, que mantiene en la misma casa de hace décadas, ubicada en una tranquila calle del barrio de Providencia. Esta semana pintó dos nuevas composiciones, en un estilo suelto y sintético. Uno de los cuadros sugiere la presencia de una fruta (granada) en un lugar de la obra. Pero sobrepasa el tema de la naturaleza muerta. La crítica de arte y escritora Adriana Valdés, quien participa en este encuentro (junto a la mano derecha de la artista, Rosita), califica esa pintura como "gloriosa". "Parto con la idea y dibujo directamente con el pincel. Aquí formé una especie de cruz de color blanco que ilumina y se desplaza hacia el motivo", nos explica Roser Bru.

Sus numerosas telas, dibujos y grabados, que se agolpan en las paredes de su taller, nos van trasladando hacia pasajes de su historia y a grandes escritores y artistas que ella cita, como Velázquez, Goya, Kafka, Rimbaud, Vallejo, Mistral, Frida Kahlo, Neruda, Lihn.

Roser Bru está radiante. Viste una falda negra con motivos blancos semigeométricos, similares a los del pañuelo de seda que cae sobre su cuerpo, lo que junto a su rostro característico recuerda a sus "grandes amigas pictóricas", Las Meninas, que ella tanto cita. "Me parezco a ellas por la chasquilla", reconoce riendo.

Está feliz con el premio, aunque reflexiona, en medio de la llegada de decenas de ramos de flores: "Era la mayor de los que postularon... Pero la verdad es que son muchos años de trabajo y de investigación. Lo merecía", confiesa bajando la voz. Mantiene en cada rincón de su casa obras y testimonios de sus compañeros de ruta en el arte por más de 70 años. Hay piezas de Antúnez, Vilches, Ortúzar, Balmes, Miró, Matta y hasta un Fernand Léger. Imágenes de la galerista Carmen Waugh, Carreño, Neruda y otros históricos. Nos lleva hacia el living, donde sobresalen unos magistrales caballos de la Hormiga, Delia del Carril, quien organizó con Neruda la venida del ¨"Winnipeg", en el que la catalana llegó al puerto de Valparaíso con otros refugiados españoles...

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