Una rivalidad que creció con la final del Torneo Apertura 2011 - 22 de Marzo de 2014 - El Mercurio - Noticias - VLEX 499881666

Una rivalidad que creció con la final del Torneo Apertura 2011

Enero de 2011 y Marcos González, inamovible en la zaga cruzada de Juan Antonio Pizzi, fue por una mejora en su salario, idea que no le cayó en gracia a Cruzados SADP y que, por tanto, rechazó. Algo no les cuadraba a los directores de la UC.

De ahí en más, "una molestia física" mantuvo al "Lobo" fuera de las convocatorias, echándose encima al DT y a buena parte del plantel.

Al tiempo, el defensa consiguió lo que andaba buscando: forzar su partida a la U, club que a mediados de febrero compró su pase en US$ 200 mil.

Con David Henríquez lesionado, Pizzi recurrió a la cantera para afrontar el Torneo Apertura, y en la finalísima ante la U lo pagó caro: Hans Martínez no pudo estar y los centrales fueron Enzo Andía y Alfonso Parot, de 18 y 21 años, respectivamente.

La ida la ganó 2-0 la UC, pero en la vuelta, U. de Chile goleó 4-1 y se quedó, de la forma más épica posible, con el título del Apertura 2011. De ahí en más, la histórica rivalidad entre las universidades se acrecentó.

Tanto que desde ese día, Cruzados SADP no descansó hasta conseguir ser local ante los azules -y también frente a Colo Colo- en San Carlos de Apoquindo.

Pero esa es solo una de las espinudas historias que ha dejado el clásico universitario en los últimos tres años.

El cotillón y la remontada históricaNo son pocos quienes acusaron a Jorge Fleitas, preparador físico de Universidad Católica en 2011, de haber comprado el famoso cotillón que sus jugadores lucieron antes de la finalísima del Apertura.

Pero hay quienes tienen otra historia: "Fueron Roberto Gutiérrez y el chofer del bus, Mario Ahumada". Serpentinas más, serpentinas menos, el efecto fue clave.

La UC había ganado la final de ida 2 a 0 y la vuelta no tenía cómo perderla. Pero la U de Jorge Sampaoli goleó 4-1. "Cuando llegamos al estadio la gente nos contó que la Católica entró festejando... Nos dio rabia, nos tocó el orgullo. Fue una inyección anímica para todos en el camarín de la U", recuerda Diego Rivarola.

"Veníamos de jugar 10 partidos más que ellos, con un equipo con mucha más edad, y nos quedamos con 10 a la media hora", explica Fleitas.

Para Tomás Costa, "salir campeón con la UC es lo único que me puede sacar la culpa de haber sido expulsado esa vez".

"Veníamos mal después de la primera final, no había nada que perder. Teníamos que jugarnos la vida en el segundo partido". Diego Rivarola

La U conversa con Meneses y CerecedaEl 17 de diciembre de 2011, la UC entrenaba por última vez en San Carlos de Apoquindo...

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