Al ritmo de Moody's - 4 de Marzo de 2013 - El Mercurio - Noticias - VLEX 426160174

Al ritmo de Moody's

La sorpresa generada por la primera rebaja de calificación crediticia británica -hecha por Moody's el 22 de febrero- no fue el hecho de que eso sucedió, sino el poco efecto que tuvo. Esto fue en parte debido a que los mercados ya la estaban esperando y en parte porque las agencias de calificación han estado desacreditadas: el hecho de que dieron su visto bueno a los activos tóxicos en los años de la burbuja ha empañado su reputación. Los inversores, así como los fondos de pensiones, ya no van a seguir ciegamente las clasificaciones para decidir qué comprar y qué evitar. Junto con el hecho de que Estados Unidos y Francia ya están en el mismo nivel en que ahora también se ubica Gran Bretaña, eso explica por qué la rebaja no provocó la automática liquidación que hubiese provocado antes. La libra esterlina cayó un poco, pero también lo hicieron los bonos de primera categoría, ya que los inversores se asustaron con las elecciones en Italia.

La rebaja tampoco hizo mucho daño a George Osborne, ministro de Finanzas del Reino Unido, como se podría haber esperado. Osborne ya era impopular, gracias a un presupuesto el año pasado que contenía un impopular recorte de impuestos para los más ricos y una serie de medidas incómodas. Además, Osborne ha atado su reputación a un programa de austeridad destinado a mantener las calificaciones de crédito del país. Pero él es ayudado por el hecho de que los británicos aún culpan al Partido Laborista (de oposición) por haber dejado el país en problemas por los gastos excesivos. A pesar de que a los británicos no les guste el ministro, parecen -en la mirada de este periódico- aceptar la necesidad de reducir el déficit. Las críticas de Ed Balls, ministro de Finanzas en la sombra, hacia Osborne tuvieron pocos efectos. El primer ministro, David Cameron, se aferra a su funcionario, y a la austeridad.

Sin embargo, la rebaja de Moody's no puede ser borrada. Eso se debe a que el crecimiento es esencial: si la economía británica sigue estancada, el plan de Osborne de equilibrar el presupuesto hasta 2018 fracasará. Sus cuentas de beneficios ya están a 175 mil millones de euros (US$ 265 mil millones), y gran parte de lo que gastó fue en ingresos y apoyo interno. El crecimiento reduciría la dependencia y sus gastos. La recaudación tributaria, la mayor debilidad de los últimos tiempos, se reforzaría si la economía se expande. La rebaja de Moody's, y su predicción de una expansión débil, justifica un replanteamiento.

Puente y...

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