Los riesgos de la hipersexualización infantil - 24 de Diciembre de 2019 - El Mercurio - Noticias - VLEX 830339237

Los riesgos de la hipersexualización infantil

Mientras pinta unos mandalas, una niña de ocho años canta muy animada un tema del portorriqueño Bad Bunny. "Ella es callaita/Pero pal' sexo es atrevida, yo sé/Marihuana y bebida/Gozándose la vida, como es", entona, concentrada en su diseño de círculos concéntricos. Es un cumpleaños infantil y ese ritmo, el del reguetón, es claramente el más popular para las pequeñas invitadas; un gusto que se refuerza cuando reciben un entusiasmado aplauso de los adultos cada vez que bailan, moviéndose sensualmente con sus bocas pintadas de rojo.Pero una de las mujeres adultas que están ahí no aplaude. Es la psicóloga de la Usach Karla Donoso, quien es parte del equipo docente de los diplomados que ofrece el Centro de Estudios de la Sexualidad Chile (CESCh). A ella, la imagen se le queda grabada a fuego en su mente. Marihuana. Sexo. Ocho años. Alcohol. Mandalas. ¿Qué puede resultar de este explosivo cóctel de inocencia y sexualidad?Es probable que a padres ahí presentes, o al menos a la mayoría de ellos, el rechazo de Karla les parezca exagerado: suelen asumir que estos bailes y cantos son solo algo divertido, sin pensar más allá. Pero la escena, dice la psicóloga, le hizo pensar en lo grave que es exponer a los niños a canciones no apropiadas para su edad.-El reguetón llegó con una fuerza impresionante y con letras muy sexuales que no llegan al nivel etáreo al que debieran- comenta.La psicóloga asegura que los adultos han ido normalizando, de manera gradual, el contacto de los niños con los mensajes, la estética y las conductas asociadas con el reguetón: el baile sensual, las fotos en redes sociales con miradas sugerentes, el perreo, las canciones que hablan sin tapujos de sexo y por lo general desde una mirada más bien machista y estereotipada.Lo mismo sucede con otros elementos culturales que tienden a poner atributos sexuales -que los menores aún no comprenden- por encima de cualquier otra cualidad. En esto entra la publicidad, la información que entregan las redes sociales, los disfraces erotizantes -hay hasta de enfermera sexy- y el vestuario infantil sugerente, que puede llevar leyendas alusivas a temas sexuales. Y también hábitos comunes como, por ejemplo, cuando se les pregunta a los 4 o 5 años si tienen pololo o polola, cuando se les dan besos en la boca, cuando se les dice a niñas pequeñas que se ven sexis o se les incentiva a que se maquillen o usen tacos, y cuando se les dice a los hombres que son "campeones" por su capacidad de atraer al sexo opuesto.Todo indica...

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