Revelan la pasión y la intriga tras el Órgano de la Catedral - 13 de Octubre de 2013 - El Mercurio - Noticias - VLEX 468536570

Revelan la pasión y la intriga tras el Órgano de la Catedral

Y ahora rescata la apasionante historia que esconde la llegada, a mediados del siglo XIX, de ese magnífico instrumento inglés, en el libro "El Gran Órgano de la Catedral de Santiago de Chile. Música y modernidad en una ciudad republicana (1840-1860)".

" Deve ser grandioso ", le escribe el arzobispo Rafael Valentín Valdivieso al deán de la Catedral en agosto de 1847, cuando se promulga la adquisición de un órgano para ese templo. Se elige a la Casa Flight y Son de Londres para que fabriquen el instrumento, con un costo total de $13.636.

En abril de 1849 le informan al sacerdote que el órgano ya está montado y sonando en el taller inglés. No pierde el tiempo: en la siguiente edición de la Revista Católica un artículo reza que " la sustitucion del órgano a la orquesta trae, entre otras, la importante ventaja de que no siendo apropiado aquel mas que al templo, los que deben tocarlo no tienen cabida en los salones o en los teatros y por lo mismo no se ven precisados a beber en fuentes enturbiadas por la profanidad ".

La dicotomía entre el teatro y la iglesia se había instalado con la Independencia. "Antes, la Iglesia y el Estado, es decir, el rey y el papa, eran entendidos como un todo, y las celebraciones de la autoridad eran un solo proceso ritual donde la música era el componente simbólico de mayor relevancia", explica Izquierdo. "En la transición de la Colonia a la República se produce un quiebre pues el Estado necesita identificarse con alguna música, y toma la ópera como suya. Por eso construye el Teatro Municipal de Santiago. En la Iglesia, que debe tomar su propio rumbo, surge la idea de modernizar el ritual. Y ahí entra el órgano, que debía ser magnífico", agrega.

Intriga catedralicia

Hacia 1840, la orquesta de la Catedral era la mejor del país. Su director era un maestro de capilla que además componía y arreglaba música para el templo. Tarea nada de sencilla, pues los feligreses tenían altas expectativas de cada "función clásica", y de las innovaciones que se exhibirían en las misas de festivos, los sacramentos de los jueves y miércoles y en las vísperas de Cuaresma. Especial atención concitaban Semana Santa, Navidad, Fiestas Patrias y todo aniversario cívico.

En paralelo, la ópera estaba en franco auge, y en el teatro abundaban oberturas como "La Italiana en Argel" (Rossini) y "La Flauta Mágica" (Mozart).

Por eso, en 1840 la alta sociedad mira con entusiasmo la contratación, como maestro de capilla del famoso cantante lírico Henry...

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