El rescate de Miguel de Cervantes - 17 de Abril de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 632659725

El rescate de Miguel de Cervantes

Uno de estos primeros biógrafos preliminares de Cervantes fue el ilustrado valenciano del siglo XVIII Gregorio Mayans y Ciscar. Lo hizo por encargo de un aristócrata inglés, para una edición monumental del Quijote en español, en cuatro tomos, preparada desde Inglaterra a comienzos de ese siglo. No entro en detalles; no tengo la menor pretensión de incorporarme a la especie humana escogida, restringida, sin duda admirable, de los cervantistas. Soy un lector desordenado, un simple aficionado, pero tiendo a pensar que la afición suelta, libre, algo deshilvanada, tiene ventajas. Los árboles, a menudo, impiden ver el bosque, y el cervantismo es una selva tupida, llena de gruesas enredaderas, de pantanos, de senderos que se bifurcan en formas imprevisibles. El señor de Mayans y Ciscar se equivocó en más de algún detalle, pero su texto es amable, ágil, ameno, y sus interpretaciones de la obra de Cervantes son siempre sensibles, intuitivas. En otras palabras, Cervantes, el escritor, ocultado por el éxito inmediato, sorprendente, de sus dos grandes personajes -don Quijote y Sancho Panza-, empieza a reaparecer en forma gradual en los sucesivos trabajos de Mayans, de Navarrete, de Astrana Marín, de muchos otros. Los escritores de la generación española del 98 -Miguel de Unamuno y Azorín, en primera línea- hacen un juego intelectual ingenioso, sugerente, perfectamente arbitrario. Son pirandellianos antes de Pirandello, o cerca de Pirandello: inventan a un Quijote y Sancho en busca de autor. En "Niebla", publicada por primera vez en Madrid en 1914, el personaje de la novela, Augusto Pérez, ante las dudas de su autor, Miguel de Unamuno, acerca de su existencia, contesta:

"-... no se incomode tanto si yo a mi vez dudo de la existencia de usted y no de la mía propia. Vamos a cuentas: ¿no ha sido usted el que no una, sino varias veces, ha dicho que don Quijote y Sancho son no ya tan reales, sino más reales que Cervantes?".

Por ese camino llegamos a la noción de un creador creado por sus creaciones. O a la de un Dios unamuniano proyectado, imaginado, construido por sus criaturas. La existencia antes de la esencia: seres contingentes que de alguna manera provocan o exigen el ser necesario.

Tengo la impresión de que los cervantistas modernos trabajaron en la recuperación de un Miguel de Cervantes de carne y hueso, en el rescate del personaje "más versado en desdichas que en versos", como sostiene el barbero en el capítulo del escrutinio de los libros...

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