La renovación femenina de la SNA
Con un marcado interés por incluir a más mujeres en el Consejo Nacional de la Sociedad de Agricultura (SNA), cuyo directorio se renovó a fines de abril, uno de los puntos destacados ha sido el aumento de 33% en la participación femenina.Un hito importante es la llegada de Carolina Cruz, presidenta de Uvanova y reconocida asesora de la uva de mesa, como la segunda vicepresidenta del directorio, instancia en la que antes solo han participado la abogada María Gracia Cariola, la agrónoma y empresaria Karina Von Baer y la presidenta de la Sociedad Agrícola del Norte, María Inés Figari, quien se volvió a integrar este año.A ellas se suma un grupo de mujeres menos conocidas a nivel nacional, pero que están fuertemente ligadas a la actividad agrícola, tanto desde empresas familiares como desde sus actividades profesionales y gremiales, quienes conversaron con Revista del Campo sobre sus principales desafíos en el sector agrícola.Entre ellas están la presidenta de la Sociedad de Fomento Agrícola y Ganadera de Los Ríos (Saval), Mónica Oettinger; la fundadora y directora ejecutiva de Mujeres Empresarias, Carolina Eterovic; las empresarias María Luz Baldrich, Michelle Lepeley, Catalina Cohen y Marcela Weldt; la abogada María Angélica Peña y la ingeniera agrónoma Felipa Ortega.Pese a la renovación, que se mantendrá por el período 2023-2025, las diez integrantes del consejo -que en total reúne a 52 personas- solo representan el 13% del total, lo que sigue imponiendo desafíos para integrar a nuevas representantes femeninas en el principal gremio agrícola del país.Potenciar a las mujeres ruralesCatalina Cohen:Aunque trabajó durante 15 años como psicoanalista, la psicóloga Catalina Cohen, hace algunos años, decidió dar un giro y enfocarse en la empresa familiar Frutera Aguas Blancas, dedicada a la producción y exportación de uva de mesa y nueces en la Región Metropolitana, de la que hoy es la directora comercial.Ejerciendo su cargo, la necesidad de evitar la instalación de una planta de procesamiento de metales pesados en el valle de Chacabuco, donde producen las uvas, la llevó a participar en la formación de la Asociación Gremial de Agricultores de Chacabuco y Polpaico, de la que hoy es presidenta.En paralelo se ha involucrado en otras actividades asociativas, como la creación de un Grupo de Transferencia Tecnológica (GTT) para avanzar hacia la aprobación de un system approach con Estados Unidos para los envíos de uva de mesa del valle; la representación como country council para Chile de la Asociación Internacional de Productos Frescos (IFPA, por su sigla en inglés), conocida antes como PMA; la participación en el comité de uva de mesa de la Asoex; y la fundación de la primera Asociación Gremial de Mujeres del Agro (Amagro)."He ido ampliando mi espectro de asociaciones gremiales y me interesa seguir desarrollándolo desde el backstage , participando en dirigir, aportar y movilizar energías, ideas y prácticas desde una perspectiva de intervención social... Me he dado cuenta al trabajar en el campo de que cuando se presentan dificultades he podido aplicar mis conocimientos del área psicosocial, y me gustaría extrapolarlo al área gremial", afirma.Este año se integró al Consejo Nacional de la SNA y allí quiere enfocarse en aterrizar temas como las necesidades de educación, capacitación y conectividad de las mujeres rurales, junto con las problemáticas que enfrentan dentro de sus familias, como el alcoholismo."La SNA como gremio tiene la fortaleza de contar con una instrumentalización adecuada para llevar ese apoyo a las instancias públicas. Todas las mujeres conocemos las dificultades de...
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