De remolienda con la Peta Basaure, nuestra fondera más famosa - 19 de Septiembre de 2014 - El Mercurio - Noticias - VLEX 529189246

De remolienda con la Peta Basaure, nuestra fondera más famosa

No obstante, nada de eso se sabe con precisión, porque al revisar la historia de la Peta Basaure aparecen pocas certezas. Una es que a sus 40 años era la reina de la jarana en La Chimba.

En esa época no había que esperar las Fiestas Patrias para abrillantar la pista de baile: las chinganas abrían todo el año. Y era mandamiento popular visitar El Arenal, la mejor y más concurrida fonda. Su dueña, la Peta Basaure, tenía allí todo el poder. Decía cuándo y qué se bailaba, invitaba vino si el ambiente se veía peliagudo, y moderaba a los "puetas" cuando sacaban en duelo sus versos de dos razones. Pero también paraba en seco a los hombres: "No me mirís tan bravo,/ gallito leso./Si te sentís tentao/ quédate quieto".

Ella era tratada como reina, porque "la chinganera fue por siglos la expresión del lugar preponderante de la mujer en los espacios de sociabilidad popular. Ser dueña de una fonda era signo de preeminencia en el circuito, porque se dialogaba con múltiples actores", explica la historiadora Araucaria Rojas.

El Arenal estaba en Maruri con Lastra y era una casona de adobe. Tenía patios interiores y varios salones donde hallar toda satisfacción. "Juegos de azar -precisa Rojas-, rayuela, palitroque, y en algunas habitaciones oficiaban las 'damas de amor', conviviendo todo con variedad de licores, canto y baile".

Pero antes de ingresar a dicho paraíso se debía franquear un gran portón y, en las noches de ambiente acalorado, ganarse la confianza de los "puetas". Esos que improvisaban versos en compañía de la guitarra y de un espíritu combativo que no siempre llegaba a buen puerto. De hecho, ese ánimo fue el que cambió sin vuelta el destino de Basaure, reconocida como una mujer garrida y en extremo atractiva. Era una morena de grueso y firme cuerpo, caderas anchas y labios de rojo fuerte. "Invencible en la refalosa y en la zamacueca, y que hizo escuela en los tablados santiaguinos. Actriz, regente y propietaria de esta chingana, asoció a sus espectáculos a ingenios de otro orden", enfatiza Carlos Lavín en su libro "La Chimba" (1947, Zig-Zag).

Mientras avanzaba la segunda mitad del siglo XIX, El Arenal tomó cada vez más fuerza y su dueña se convirtió en una figura que hasta hoy es nombrada en toda conversación sobre la historia de nuestras fondas.

Hoy, al googlear su nombre, en segundos aparecen mil menciones. Pero en sus tiempos, Basaure ya aparecía en la prensa. "Según el periódico satírico 'José Arnero', publicado entre 1905 y 1914 por el poeta...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR