Relato victoriano - 24 de Octubre de 2020 - El Mercurio - Noticias - VLEX 850913237

Relato victoriano

Con sus propias manos, Estela Rojas Elgueta y Jorge Pérez Labbé, ambos doctores en Matemática y docentes en la Universidad de la Ciudad de Nueva York, han restaurado esta casa victoriana de estilo Queen Anne ubicada en Hawley, Pensilvania. Un trabajo lento y minucioso, que les ha tomado 20 años y llenado de satisfacciones; entre ellas, los reconocimientos de la Wayne County Historical Society y la Wallenpaupack Historical Society, entidades que trabajan con el patrimonio de ese condado ubicado a dos horas del centro de Manhattan.La casa fue construida en 1871 por Thomas Taft, magnate maderero, en una época en que el noreste de Pensilvania era el gran centro de abastecimiento de madera y carbón para la ciudad de Nueva York. La prosperidad económica que esto trajo en el siglo XIX quedó reflejada en una serie de construcciones de alto valor patrimonial, como esta situada en la esquina de Academy Street y Welwood Avenue, a cuyo interior se accede a través de una puerta que se abre a un recibo amplio, con una elegante escalera que conduce hasta el piso superior. Chimeneas de mármol, ornamentadas cornisas y buenos revestimientos de cerezo, claro y oscuro, se aprecian en los salones, escritorio y comedor, incluida la sala de música con un gran ventanal curvo.Estela y su marido, ambos chilenos, residentes en Manhattan desde la década de los 80, frecuentaban la zona de Upper Delaware donde una amiga chilena tenía una casa de montaña. "Nos invitaba todo el tiempo y, como nos encanta esquiar, veníamos muy seguido. Hasta que decidimos que ya era hora de tener nuestro propio refugio, en medio del bosque, cerca de las canchas y de la casa de nuestros amigos", cuenta Estela vía Zoom desde Hawley, donde está instalada desde que comenzó la pandemia. Fue en esas idas y venidas al pueblo que vio por primera vez esta casa esquina, que de inmediato acaparó su atención. "Me fascinó, y cada vez que pasaba frente a ella, más me maravillaba su arquitectura, la nobleza de su construcción... Hasta que un día me sorprendí con la presencia de un letrero que anunciaba su venta, así es que decidimos visitarla. Y ahí ya terminé enamorándome de ella. Vendimos...

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