Reino Unido y el ocaso de la Armada Real - 10 de Septiembre de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 648733933

Reino Unido y el ocaso de la Armada Real

Al término de la Segunda Guerra Mundial en 1945, el Reino Unido ya no era la primera potencia naval, pero seguía a Estados Unidos con una flota de 15 acorazados, 55 portaaviones, 67 cruceros, 297 destructores y 162 submarinos.

Pero eso cambiaría en cuestión de décadas. En 1982, cuando el envío de una fuerza naval permitió el restablecimiento del control británico sobre el archipiélago malvinense, la Armada Real aún desplegaba un poderío considerable. Disponía de 32 submarinos, divididos entre 16 sumergibles de propulsión nuclear y otros 16 de propulsión convencional diésel-eléctrica; tres portaaviones ligeros, 15 destructores y 45 fragatas.

Este nivel de equipamiento se mantuvo, con algunas reducciones que fueron compensadas por la mayor capacidad de las nuevas naves que reemplazaron a las más antiguas, hasta el término de la Guerra Fría.

A partir de entonces, empezó una reducción que llega hasta nuestros días (ver tabla), y que se ha manifestado con fuerza en la primera década del presente siglo. Disminuyó notoriamente el número de naves de combate de superficie, especialmente fragatas, mientras que los submarinos de propulsión convencional desaparecían completamente del inventario británico. Las reducciones debían ser compensadas por la construcción y puesta en servicio de una serie de 12 destructores del nuevo Tipo 45 y dos nuevos portaaviones de la clase Queen Elizabeth.

Pero los gobiernos laboristas recortaron los destructores a la mitad, encargando la construcción de solo seis unidades. No hubo ahorro, porque el costo de cada destructor subió, por una economía de escala inversa y mala gestión política. Peor aún, los nuevos destructores han presentado importantes defectos, especialmente en su propulsión, que no se han corregido por una falta de fondos que también ha impedido que reciban todas sus armas. Como resultado, sus tareas han recaído sobre 13 fragatas Tipo 23, incluyendo misiones para las cuales estas no fueron concebidas ni equipadas. Mientras, la mala gestión político-administrativa también aumentó el costo de los nuevos portaaviones, que subió a 3.000 millones de libras esterlinas, el doble de lo previsto originalmente.

Tras asumir en 2010, el gobierno conservador del entonces Primer Ministro, David Cameron, ordenó retirar los portaaviones ligeros de la clase Invincible y sus aviones de combate Harrier Gr.9. Su falta complicó en 2011 las operaciones contra Moammar Gaddafi en Libia, forzando el mucho más costoso y riesgoso...

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