El regreso de un clásico - 29 de Agosto de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 692329181

El regreso de un clásico

Precisamente fue el creador británico Norman Hartnell uno de los primeros en adaptarse a esta ordenanza sin transar en demasía la elegancia ni la sofisticación de sus diseños. Hartnell era de las figuras más importantes de la costura británica: En 1938 había sido nombrado modisto de la familia real británica y diseñó el vestuario que la reina madre llevaba en sus viajes, además de crear modelos especiales para Isabel II, incluidos su traje de novia y el de su coronación. La nueva propuesta de Hartnell se convirtió en un clásico instantáneo: un vestido con un largo un poco más abajo de las rodillas, mangas al nivel del codo y una parte superior abotonada con el cuello en V. Su colorido era neutral (sutiles azules o grises, los marrones y los verdes descoloridos) o con estampados muy sencillos.

La nueva prenda pronto empezó a ser conocida como tea dress y re-versionado por otros creadores franceses, y especialmente por las marcas de moda estadounidenses que lanzaron modelos en crepe de seda sintética floreada. La diseñadora Sarah Magill e investigadora de la moda de la británica Arts University Bournemouth, explica el impacto de este diseño en su libro "Making vintage 1940's clothes for women": "el uso de este vestido, al ser menos estructurado que el resto de los de la época, fue para momentos informales y juntas sociales".

En Estados Unidos, Claire McCardell, quien es reconocida como la precursora del sportwear, empezó a desarrollar vestidos funcionales y elegantes. Uno de sus mayores éxitos fue el Pop-ever dress, un modelo pensado tanto como para las labores del hogar como para salir a la calle.

La hora del tÉ

Lo que actualmente se conoce como el "Afternoon Tea" de Inglaterra se inició a fines del siglo XIX. A comienzos de 1840, el almuerzo se servía en punto al mediodía, y la hora de comida era exactamente a las 20:00 horas. ¿Qué ocurrió en ese lapso? Anna María Stanhope, la séptima duquesa de Bedford, y amiga de la reina Victoria, vio una necesidad entre las 4 y las 5 de la tarde: tomar té. La costumbre, que inició por ella y se extendió primero entre la aristocracia británica y luego fue copiada por las mujeres inglesas, también influenció la moda y fue el germen de un nuevo código de vestuario. Por esos años, las mujeres también solían utilizar vestidos especiales para la hora de comida en la casa. El primer antecedente fue el "tea gown", una prenda de mangas largas y sueltas, y de cintura alta inspirada en Japón, específicamente en el...

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