La reforma que prepara el Papa para la Iglesia Católica chilena - 27 de Mayo de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 725923493

La reforma que prepara el Papa para la Iglesia Católica chilena

La sotana fue lo primero que todos pusieron en sus maletas. Ineludible cuando un obispo se reúne con el Papa, en este caso y aunque el encuentro tuviera un pronóstico reservado, parecía una obviedad. Sin embargo, el símbolo de dignidad eclesiástica quedó colgado en la Casa del Clero donde los 34 obispos chilenos fueron alojados en Roma. Desde la curia se les hizo saber que Francisco los esperaba con el clerigman, su traje de trabajo.

Pudiera parecer un detalle, pero no lo es en el mundo Vaticano, donde los códigos son esenciales. Lo señalan los propios obispos cuando hablan de la distancia que Jorge Bergoglio impuso al cara a cara que los convocó como parte de su plan para el "caso chileno" -así le dicen en el Vaticano-, cuyo itinerario tiene fijado y solo un círculo muy estrecho conoce.

Hombre de procesos, Francisco comenzó su itinerario con el envío del arzobispo maltés Charles Scicluna y su ayudante Jordi Bertomeu -hoy convertido en "el hombre del Papa" en este caso, dicen fuentes fidedignas- y su informe entregado a fines de abril. Siguió convocando a las principales víctimas del caso Karadima y, un nuevo encuentro la próxima semana con otros nueve sobrevivientes, en su mayoría sacerdotes formados en El Bosque, podría cerrar este primer capítulo y dar paso al más esperado; el de las decisiones, las medidas que adoptará para iniciar la nueva era que el Papa quiere en la iglesia chilena.

El Plan del Papa

"Él está haciendo con Chile, lo que quiere hacer para la Iglesia Universal". Así califica un obispo chileno la forma como el Papa ha enfrentado las acusaciones de abusos sexuales y encubrimiento. Un cuidadoso plan que es un enigma para la Conferencia episcopal chilena y que él mismo ha trabajado con un círculo estrecho que integran su vocero Greg Burke, el catalán Jordi Bertomeu -emisario que ha llamado personalmente para invitar a cada víctima-, el Prefecto para los Obispos, Marc Oullet, el único que lo acompañó en sus reuniones con los prelados chilenos.

Algunos obispos aseguran que el Papa quiere mostrar "agilidad y resolución" a la hora de abordar el problema.

Intérpretes del lenguaje vaticano creen que el último boletín oficial de la Sala Stampa anticipa que la visita de los sacerdotes víctimas cerraría la fase de "señales y gestos", y daría paso a las "decisiones". Según altas fuentes de la iglesia chilena, todo indicaría que lo primero sería ejecutar las renuncias de los obispos. La remoción del obispo Juan Barros y posiblemente también las de Tomislav Koljatic en Linares y Horacio Valenzuela en Talca, formados todos por Karadima, se dan por seguras.

Otros miembros de la Iglesia apuntan al Nuncio Apostólico, Ivo Scapolo, y en ese contexto, no ven que el reemplazo del renunciado Arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, sea pronto. Incluso se habla de la posibilidad de un administrador apostólico temporal.

En las nuevas designaciones, así como en el paso siguiente, el de las reparaciones, la voz de las víctimas sería decisiva. El documento con propuestas de prevención, justicia en reparación e integración que esta semana le entregarán Juan Carlos Cruz, José Andrés Murillo y James Hamilton, es clave. Entre otras, se propondría que el delito de encubrimiento tenga la misma gravedad que el abuso; realizar una...

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