Reflexiones sobre Margot Honecker - 8 de Mayo de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 637784137

Reflexiones sobre Margot Honecker

Aunque duela, hay que ser justos con los Hone- cker en Chile: llegaron acá libres de polvo y paja, tras detentar el poder máximo de la dictadura de la RDA entre 1972 y 1989. A Margot no se le pudo comprobar las acusaciones que la vinculaban a la separación forzosa de menores de padres que eran prisioneros o fugitivos políticos, menores que eran dados en adopción a otras familias. Como a menudo ocurre con dictadores, no se hallaron órdenes escritas que la inculparan. Erich también quedó libre, pese a haber sido el jefe de un Estado que encerró durante decenios a sus 17 millones de habitantes y mantenía la orden de tirar a matar a quien intentase huir al capitalismo. La razón: su avanzada edad y cáncer terminal. De ese modo, ambos salieron legalmente de Alemania y entraron en 1992 a Chile, donde tenían familiares y gozaron del apoyo del gobierno de la Concertación.

Técnicamente, el exilio en Chile fue un proceso "limpio" y permitió a los Honecker algo clave: plena libertad de desplazamiento en un país que no los identificaba con nitidez, y residencia lejos de su patria, donde se habrían encontrado -tanto en el Este como el Oeste- con el rechazo, el desprecio, la ira y el dolor de millones. No hay duda, los Honecker no habrían podido salir en Alemania en paz a la calle, ni siquiera a comprar pan o a comer en un restaurante. Así de inmenso fue el rechazo popular a la pareja.

Ambos están ahora muertos, y Alemania los mira desde lejos y desde una creciente amnesia. Hay naciones que saben dar vuelta la página. Como país, quedaremos en la historia como el exilio ideal de los líderes del último Estado totalitario en suelo alemán. Eso, que debió haber sido responsabilidad de los alemanes, no nos lo despintará nadie. En ningún Estado de Europa los depuestos dictadores comunistas pudieron llevar la tranquila vida de inocentes jubilados. Somos nosotros quienes tendremos que responder cómo toleramos sin cargo de conciencia ni manifestaciones en contra que el dictador comunista de la extinta RDA y su mujer pasearan hasta su muerte tranquilos por nuestras plazas y barrios.

Evidentemente, el fallecimiento de Margot, ministra de Educación durante 26 años, inspiradora del adoctrinamiento comunista en todos los establecimientos educacionales y una convencida de que al socialismo "hay que defenderlo con las armas en la mano", replantea el tema de la gratitud del exilio chileno hacia la RDA.

¿Cuál es el grado de gratitud...

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