Reeducando al padre chileno
Hasta antes de que naciera su segundo hijo , David Espejo, 42 años, ingeniero mecánico y magíster en Innovación, dice que no se había cuestionado la manera en que él era papá o cómo él se involucraba en la organización y tareas de su hogar.-Las cosas de la casa, entre comillas, se hacían solas, según mi punto de vista -recuerda David riéndose-. Mi pareja decía cuándo había que limpiar, cuándo había que cocinar y lo hacíamos. Yo a veces hacía las compras, pero siempre con una lista, y eso no nos molestaba. Yo era súper ignorante y aceptaba súper bien los roles de género que se daban en la pareja.En esa época, reconoce David, los temas de igualdad de género o feminismo eran para él algo más bien conceptual y abstracto.-Yo decía "obvio que somos todos iguales", pero no había una reflexión, eran frasecitas que uno decía nomás. Me acuerdo claramente de mis chistes misóginos: tirando la talla yo echaba a mi pareja a la cocina, cosas así, por ejemplo. Ni siquiera era chistoso, eran comentarios tontos, pero que antes no me daba cuenta porque estaban súper normalizados.Después de un tiempo tuvieron a su primera hija, y el nacimiento coincidió con un aumento importante de la carga laboral para David. La nueva realidad familiar, cuenta, hizo que su aporte en lo doméstico y familiar disminuyera aún más.-Yo tengo una carrera bien sólida, trabajaba mucho, y cuando volvía de trabajar quería estar con mi hija o relajarme, pero no hacerme cargo de las cosas de la casa. Eso duró casi tres años, y obviamente que empezó a haber conflictos. Ahí partió un cuestionamiento ligado a mi paternidad. Empecé a sentir mucho el peso emocional de que yo no estaba casi nada en la casa ni con mi hija.Unos años más tarde, explica, esta inquietud lo llevó a enfrentar una crisis con su pareja cuando ella quedó embarazada de su segundo hijo.-Fue como el corto circuito de que con otro hijo más no se iba a sostener la dinámica de trabajar todo el día y llegar a la casa a jugar, mientras mi pareja estaba ahí vuelta loca haciéndose cargo.David quería hacer un cambio. Pero no sabía cómo. Ni por dónde empezar. Buscando en internet, empezó a leer sobre feminismo y roles de género y al poco tiempo llegó a un curso de feminismo de la Universidad de Chile al que se inscribió. Paralelamente, con la idea de poder estar más presente, tomó una decisión drástica: renunció a su trabajo y comenzó a trabajar de manera independiente y desde su casa.-Fue un tremendo remezón y un momento crítico, cambiamos muchísimo nuestro estilo de vida. Yo empecé a quedarme en la casa y a estar más presente en todo, porque ahí viene la reflexión de qué ejemplo de hombre le estoy mostrando a mis hijos. Pero más tarde me di cuenta de que la...
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