Rediseñando La vida laboral
Hace algunos años, Moen, profesora de la U. de Minnesota, y Erin Kelly, profesora de trabajo y organización en el MIT, emprendieron un estudio en una compañía tecnológica, que prefirió permanecer en el anonimato. Allí, a la mitad de los empleados se les puso en un grupo de control, el que seguiría operando según la política habitual de la empresa. El resto de los empleados participarían en lo que ellos creían que era una nueva iniciativa, pero que, de hecho, era parte del experimento de campo de Moen y Kelly. La nueva política era radical y simple: a los trabajadores del grupo experimental se les indicó que podrían laborar en cualquier parte y en cualquier momento que eligieran, mientras los proyectos se terminaran a tiempo y las metas se cumplieran. El nuevo énfasis estaría en los resultados, más que en la cantidad de horas que pasaran en la oficina. A los gerentes se los entrenó para que fueran una ayuda en los problemas personales de sus empleados y se los incentivó para ser abiertos respecto de las priori
dades de ellos fuera del trabajo.
La investigación descubrió que los empleados del grupo experimental cumplieron sus metas con tanta seguridad como aquellos del grupo de control, pero se sentían, en resumen, mucho más contentos: estaban durmiendo mejor, eran más saludables y experimentaban menos estrés.
Luego de tres años, estos empleados expresaron menos interés en dejar la organización que aquellos del grupo de control.
Al pedirles a los gerentes que reconocieran abiertamente las demandas extralaborales, Moen y Kelly trastocaron ciertas convenciones de la cultura de oficina. Durante años, una imagen de profesionalismo ha estado estrechamente ligada, quizá más para las mujeres, con la presentación de uno mismo, en la oficina, como alguien sin problemas en su vida de hogar. Pero muchas compañías ya han visto que la flexibilidad es importante para reclutar y retener al personal: 63 por ciento de los empleadores ya permite que algunos empleados trabajen desde su casa en forma ocasional, un aumento si se compara con el 34 por ciento en 2005. Aunque Moen cree que "el enfoque de flexibilidad estilo 'jefe, puedo...', hace que demasiadas personas se abstengan de perseguir la política". Ella quiere reacondicionar la cultura corporativa, de modo que la flexibilidad sea un aspecto vital del trabajo más que un privilegio.
Moen y otros expertos han reconocido que el primer paso para cambiar la manera en que los empleadores piensan sobre la...
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