Recuperar la confianza, la difícil misión que le espera al próximo gobierno de Brasil - 5 de Octubre de 2014 - El Mercurio - Noticias - VLEX 537649066

Recuperar la confianza, la difícil misión que le espera al próximo gobierno de Brasil

Rousseff recibió el país de manos de su mentor, un antiguo líder sindical que le dio estabilidad al país e impulsó su economía. Bajo Lula da Silva, Brasil pasó de un crecimiento de 1,1% en 2003 a 7,5% en 2010; sacó a unas 30 millones de personas de la pobreza y se instaló en el escenario internacional como símbolo de los emergentes.

Dilma siguió el camino de su antecesor, pero la economía se debilitó, pese a que en los últimos años se produjo el hallazgo de unas enormes reservas petroleras, frente a las costas brasileñas y a una nueva clase media que se incorporó al mercado interno del consumo (unas 60 millones de personas). Hoy, comparado con sus vecinos, con sus pares emergentes o con las grandes potencias, Brasil crece bajo su potencial: sufre de ineficiencia productiva, las manufacturas nacionales son un 24% más caras que en otros mercados emergentes; y ofrece un ambiente difícil para hacer negocios, según el ranking Doing Business del Banco Mundial, Brasil está 116 de 189 en el mundo (Chile está 34).

Como resultado, la promesa emergente sudamericana perdió la confianza interna y externa en su economía: los inversionistas están mirando a otros mercados -el volumen de las inversiones extranjeras en el primer semestre cayó a 25,09%, ocho puntos menos que el mismo período en 2013- y las calificadoras de riesgo han revisado a la baja la nota de su deuda soberana -Moody's, por ejemplo a principios de este mes cambió de estable a negativa la perspectiva para la nota de los títulos de deuda del gobierno brasileño, ante las previsiones de bajo crecimiento.

El gobierno insiste en que el mal rendimiento se debe a factores externos, como la crisis global de 2008, y a la recuperación de las grandes potencias, que desvió el flujo de capitales de vuelta a los mercados tradicionales. Es cierto que el frenazo de Brasil comenzó por la crisis global: para mantener activa la economía, el gobierno apostó por el consumo interno, bajando las tasas de interés para facilitar los créditos y reduciendo la carga impositiva, incluso en los productos más caros, como los autos. Dio resultado, pero hizo subir la inflación y, aunque las tasas se subieron, eso ya no es suficiente.

Parte de la aguda desaceleración del gigante sudamericano viene de debilidades internas, como la corrupción -un ejemplo son las denuncias de desvío de fondos durante la construcción de los estadios para el Mundial de Fútbol-, una mala infraestructura pública, falta de financiamiento para las...

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