Los recuerdos descabellados de Mario Waissbluth
-Jaime Mañalich: "Mmm, déjame ponerme entonces el sombrero de doctor. Sospecho que puedes tener un síndrome de burnout , o surmenage , como le decían antes. Primera pregunta: ¿estás cansado?".-Mario Waissbluth: "Ufff. Totalmente, tengo ganas de mandarlo todo a la mierda, a las 6 de la tarde quiero estar en la cama, y me toma tres veces el tiempo de antes escribir cualquier cosa".-Jaime Mañalich: "¿Y... cómo anda tu situación inmunológica?".-Mario Waissbluth: "Una sinusitis detrás de otra, furúnculos en todo el cuerpo, aftas en la boca. Bicho que se me para encima me lo agarro".-Jaime Mañalich: "Mira, Mario, por tus síntomas, tienes definitivamente burnout , que es en realidad estrés crónico, no episódico, y estás jugando con fuego para que te vuelva un cuarto cáncer".Era inicios de 2015, el diálogo lo sostuvieron el entonces exministro de Salud de Sebastián Piñera y el ideólogo de Educación 2020. Después de cuatro años en la cartera, Mañalich hacía un paréntesis en el cargo -al que volvió en 2019-, como académico de la Universidad San Sebastián. Durante un almuerzo le recomendaba a Waissbluth bajar las revoluciones.Uno de los puntos de inflexión que, a los 73 años, Mario Waissbluth anota en "Recuerdos descabellados", las memorias dedicadas a su familia que comenzó a escribir en agosto de 2020. Allí recorre desde su infancia, como alumno adelantado en dos años del Liceo José Victorino Lastarria, y su llegada con apenas 15 a Ingeniería Química en la Universidad de Chile. "Adelantarme fue un error garrafal de mis padres que pagué con soledad durante toda la educación media", recuerda.Padre de tres hijos y casado con Elena Razmilic, Waissbluth avanza hasta su militancia en el MAPU, el exilio en México que vivió junto a su primera esposa, Eugenia Weinstein; su regreso a Chile en democracia; sus asesorías para el Transantiago y advertencias sobre un seguro fracaso durante el gobierno de Ricardo Lagos; la gestación de Educación 2020; su mirada sobre la crisis social y la pandemia. Capítulos que relata con buenas dosis de humor y la sabiduría que dan los años, la distancia de los hechos y, especialmente, el duro aprendizaje que le ha dejado la enfermedad. El dolor físico crónico que lo ha hecho buscar alivio dentro y fuera de sí mismo."El 'diostor' Mañalich no solo me anticipó el cuarto cáncer, sino que yo ya lo tenía activo el día que estábamos almorzando", se lee en las memorias, donde también le da los créditos al exministro en su determinación de jubilarse pocos días después de ese almuerzo.Frente a una bebida de guaraná con harto hielo, de espaldas a un jardín de pasto perfecto, Mario Waissbluth cuenta hoy que fue a los 50 años que la salud se le "desplomó" y que sus tiempos de tenista parecen muy lejos -"con copas y todo"-, cuando jugaba cerca de su casa, en El Club de Tenis El Alba. A los dos cánceres de vejiga y dos linfomas que se ha tratado, se suma una neuropatía que a veces le impide levantarse de la cama y que lo tiene con un parche de neomorfina pegado a la espalda. Tanto o más cruda, es su adicción a los...
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