Cómo reconocer las ignoradas señales del dolor emocional
"Algo te pasa. Estás mal". La frase, repetida por la pareja, los amigos o en el trabajo, parece un sinsentido cuando ya casi parece normal moverse en un estado de irritabilidad permanente, estallar en lágrimas ante eventos que antes parecían normales o sentir que falta la energía incluso para arreglarse y salir.
Acostumbrados a reaccionar de inmediato ante un dolor físico, cuando lo que afecta es un dolor del alma, los sistemas de alarma suelen funcionar con bastante menos efectividad.
Es habitualmente el cuerpo el que reclama o quienes están alrededor y perciben -o sufren- las consecuencias.
"La gente no suele consultar por los dolores psíquicos o las molestias emocionales porque consideran que son parte de su personalidad. Piensan, 'estoy más irritable' o 'estoy más bajoneado', como si fuera una oscilación dentro de una normalidad", advierte la psiquiatra Constanza Buguñá, psicoanalista de la Asociación Psicoanalítica Chilena y miembro docente de la Corporación Psicoterapéutica Salvador.
Aprender a leer las señales y actuar a tiempo es, a juicio de los expertos, el primer paso para generar un cambio y adquirir las herramientas que permitan lidiar de mejor manera con esos dolores y los que puedan venir a futuro.
Quemadura emocional
Un despido laboral, una separación o una pérdida significativa, una enfermedad, el fracaso de un proyecto o una crisis financiera suelen ser causas de dolor psíquico. La forma en que cada uno responda a ella y su umbral de tolerancia para sobrellevarlas dependerán de cómo fueron sus vínculos más tempranos, experiencias previas e, incluso, su carga genética.
Pero en todos los casos, lo fundamental es buscar ayuda. "Tal como una quemadura que duele tiene buen pronóstico porque indica que los terminales nerviosos no se destruyeron, las manifestaciones del dolor emocional son señal de que se está tocando alguna sensibilidad que es necesario tratar, resolver o mejorar", compara el doctor Alberto Botto, psiquiatra del Núcleo Milenio Intervención Psicológica y Cambio en Depresión.
Buguñá identifica tres niveles de contención en estos casos. El primero -privilegio de pocos- es recurrir a los propios recursos para enfrentar la situación: "Esto lo logran personas que tienen buena conexión consigo mismas, que pueden reflexionar respecto de lo que les pasa y en un trabajo de introspección identifican cómo pueden mejorar o lidiar con lo que les está pasando".
Un segundo nivel de apoyo son los pares. "Pueden ser personas...
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