Libro recoge los hitos y personajes de la fructífera relación entre Bélgica y Chile - 1 de Diciembre de 2011 - El Mercurio - Noticias - VLEX 335326314

Libro recoge los hitos y personajes de la fructífera relación entre Bélgica y Chile

Así narra el empresario Eugenio Heiremans, en su libro "Mi visión" (El Mercurio-Aguilar. 2008), la aventura que tuvieron el rey Leopoldo III de Bélgica (quien ya había abdicado en favor de su hijo Balduino) y su esposa, la princesa Liliana, en Juan Fernández, hasta donde los llevó a pescar por el día, durante su visita a Chile a comienzos de 1962. La tormenta no permitió al hidroavión emprender el regreso y, averiada la nave, debieron quedarse a alojar en la isla hasta el arribo, dos días después, de una fragata enviada desde el continente. En tierra, el Presidente "estaba indignado, porque tenía todo preparado para recibir esa noche a sus invitados reales... y no llegaron. Entonces partió a Valparaíso para comunicarse con el rey a través de la radio de la Armada".

Heiremans es uno de los muchos descendientes de inmigrantes belgas que aparecen en el libro "Bélgica Chile, 200 años de amistad", de Rafael Mellafe, y su historia con Leopoldo, una de las sabrosas anécdotas que se leen con gran interés en la obra que se publica justo cuando viene a Chile el príncipe Felipe, heredero de la corona de Bélgica.

Por las 165 páginas desfilan grandes personajes reales hasta modestos inmigrantes que llegaron al país a probar fortuna. Y es curioso que a pesar de lo alejado que parece Bélgica de Chile, el autor nos hace ver que durante gran parte de nuestra historia colonial, fuimos gobernados por la misma casa real. Todo esto porque Juana la Loca, hija de los Reyes Católicos, se casa con Felipe I de Habsburgo, uniendo los dos grandes imperios. El heredero es Carlos I de España, o Carlos V, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. O sea, desde 1516 hasta 1712-1714, cuando Felipe V firma el Tratado de Utrecht, los actuales territorios belga y chileno tenían al mismo rey.

Mellafe no se queda en el pasado colonial, salta rápidamente al Chile independiente y rastrea los primeros atisbos de relaciones bilaterales. Así se encuentra con el establecimiento del consulado en Valparaíso, a mediados del siglo XIX, y los primeros belgas que llegan al país. En 1863, el ministro de RR.EE., Manuel Antonio Tocornal, da la orden al representante chileno en Bélgica de abolir todos los peajes marítimos.

En la Guerra del Pacífico, asegura Mellafe, se usaron miles de fusiles belgas "Comblain", los cuales fueron "artífices en la victoria chilena". Un dato más que curioso: un joven belga de 20 años, combate y muere en la Esmeralda. Se llamaba Juan Lassen y había sido...

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