Reclusos de dos galerías de la ex Penitenciaría ocultaban un arsenal de cuchillos en celdas - 23 de Agosto de 2014 - El Mercurio - Noticias - VLEX 525146058

Reclusos de dos galerías de la ex Penitenciaría ocultaban un arsenal de cuchillos en celdas

Desde el segundo pabellón, la mañana del pasado lunes, unos presos exhibieron sus cuchillos cuando el ministro de Justicia, José Antonio Gómez, junto al arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati, visitaron el penal para inaugurar un centro para la intervención de reos peligrosos.

Entonces, los reos se jactaban de tener las armas y las mostraban en señal de desafío. Ayer, en cambio, apenas vieron que una treintena de vigilantes vestidos de negro -el equipo de antimotines- irrumpía repentinamente en el patio de la cárcel, corrieron por las escaleras que los llevan a sus dormitorios y se ocultaron.

Por unos segundos, la cárcel quedó en silencio. Hasta que un gendarme abrió la reja de la galería cinco y otros efectivos ingresaron a prisa: "Afuera, de a uno, con la cabeza gacha, corran, corran, corran...", se escuchaba gritar a los hombres de negro.

Al ver que los gendarmes intervenían solo la "cinco", los internos del resto de los pabellones se sintieron aliviados y comenzaron a aparecer entre las rejas para burlarse de los reclusos que salían a prisa y de los efectivos que los apuraban. Un preso de la "ocho" gritaba, silbaba y lanzaba besos al patio, conocido como "óvalo".

La algarabía del reo acabó cuando otro equipo de antimotines entró rápidamente, se dirigió a su galería y repitió la misma maniobra. Al cabo de un instante, los reclusos de la "ocho" también desfilaban por el lugar.

Con ambos dormitorios desocupados, ciento veinte alumnos de la Escuela de Gendarmería se dedicaron a revisarlos. Por el piso corría agua y había ropa tendida en cordeles por todos lados: pantalones, poleras, calzoncillos, toallas y sábanas. También colgaban colchones y esponja.

Había pequeños orificios en los muros y el techo, cubiertos por las vestimentas, donde se ocultaban las armas, los celulares y sus chips, droga y fármacos, entre otras especies.

El comandante a cargo del operativo, Hernán Villarroel, explicó que "esas son las llamadas 'caletas', los escondites que los presos generan en la estructura del recinto para ocultar las especies ilícitas".

Mientras los gendarmes avanzaban por las celdas, el suelo se llenaba con los fierros adaptados como armas blancas. "Hay cuchillos pequeños, medianos y largos, otros que están embutidos dentro de madera y son como lanzas, entre las cuales hay con una punta y dos puntas. Hay internos que son verdaderos armeros y se pasan su tiempo libre sacándoles filo a los metales que quedan a su merced", contó el director...

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