El recambio femenino
Tomar un camino alternativo tampoco complica a Francisca Straube (27), quien es voz, batería y sintetizador del grupo de electro punk que bautizó como Miss Garrison. Francisca -pelo corto, un solo aro con forma de tijera- estudió composición en Chile y está tomando clases de canto. Dice que todo en su carrera ha sido intuitivo. Que se ha formado musicalmente en los escenarios. También en fiestas, tocatas y en los cada vez más comunes festivales de música independiente que dan cabida a fusiones de estilos musicales.
La música independiente también es el terreno de búsqueda de Elisa Balbontín (33), quien empezó a tocar a los 19 años cuando partió a Nueva York a estudiar Comunicación Audiovisual. Como el inglés no era un idioma que dominaba, encontró en la música un lenguaje con el que podía comunicarse. De eso han pasado poco más de diez años. En este tiempo, se convirtió en voz y teclado del trío de electrónica Mkrni, que formó una vez que regresó a Chile, hace seis años.
Más cercana a la corriente folclórica, está Natalia Contesse (35), una cantautora de canciones inspiradas en tonadas, cuecas y refalosas. Natalia, a quien se la considera discípula de Margot Loyola, debutó en marzo en Lollapalooza. Hace unos años, después de memorizar un repertorio basado en cuecas, Natalia descubrió que se estaba quedando en la repetición. Que se podía saber las canciones de memoria, pero no era capaz ni de componerlas ni de improvisarlas. Entonces decidió reinventarse, estudiando con folcloristas. Hoy también ha aprendido de tradición oral chilena con académicos como Gastón Soublette y de poesía con Cristián Warnken.
Estas cuatro mujeres hacen música fuera del canon tradicional. Alejadas de lo masivo. Sus estilos no generan discos superventas. Tampoco provocan fanatismo entre las grandes masas.
Ellas asumen sus propuestas con orgullo.
-La cantidad de influencias a las cuales hemos estado expuestas las nuevas generaciones ha sido mucho más amplia y nos ha permitido ser mucho más busquillas. Nos ha relacionado con un mundo global más fuerte, muy distinto a seguir una sola línea -dice Elisa Balbontín.
Natalia Contesse agrega:
-Actualmente hay variadas propuestas musicales. Yo sobrevivo (en la escena musical) por el amor que le pongo a lo que hago, porque siempre estoy creando. Los grupos más pequeños son los que pueden hacer transformaciones más reales. Vivimos en un mundo donde lo "mega" es lo valioso y no estoy de acuerdo. La música tiene que ver con la cultura a la que pertenecemos y quiénes somos.
Los primeros acordes
Felicia, Francisca, Elisa y Natalia tienen claro que difícilmente llenarían un teatro como el Caupolicán.
-Sería increíble, sin embargo es difícil. Nuestra música no es tan digerible. Pero hay que ser honestos. No voy a hacer una canción que no me convenza a mí para llegar a más gente. Es el costo de ser más experimental -dice Francisca.
-Me encanta la idea de los grandes públicos. La música es para compartir, mientras llegues a más personas, es mucho mejor. Y si me invitan a tocar a un festival grande, feliz lo hago. Pero...
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