Realista rectificación - 29 de Abril de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 715378833

Realista rectificación

De regreso en el país -tras su exitosa primera gira internacional a Argentina y Brasil-, y tras sopesar las circunstancias que mantenían en suspenso la designación de su hermano Pablo Piñera como embajador en Argentina, el Presidente Piñera desistió ayer de esa nominación.

Había pocas dudas sobre la idoneidad profesional de Pablo Piñera y de las facultades del Presidente para nombrarlo su representante ante el gobierno argentino. Así lo detalla el Mandatario en entrevista hecha antes de iniciar su gira, en Reportajes de esta edición. Tampoco se puede subestimar el valor que tiene para el país receptor contar con un embajador con línea directa con el Ejecutivo y de ahí la energía que habría puesto el Presidente en convencer a su hermano -de dilatada experiencia durante los cuatro gobiernos de la Concertación- para asumir esa responsabilidad .

Que el Presidente decidiera no enviar su propuesta hasta que la Contraloría resolviera sobre su legalidad, impugnada por parlamentarios de oposición, fue un positivo gesto de contención política. Lamentablemente, los tiempos en juego -seis meses podría demorarse el pronunciamiento del órgano contralor- hicieron inviable sostener la nominación de Pablo Piñera.

Anteponiendo el interés superior del país y atendido el objetivo de dar el más alto nivel de confianza a las relaciones con Argentina, el Presidente cedió su voluntad. Esa determinación fortalece su imagen y puede ser leída también como una oportuna rectificación por la ciudadanía.

En efecto, inicialmente parece haberse subestimado la sensibilidad de la opinión pública y los códigos con que las personas juzgan estas decisiones. Presidentes como Aylwin o Lagos, entre otros, contaron con estrechos colaboradores de su círculo familiar cuya idoneidad profesional era indiscutida. Pero hoy se demandan estándares más altos e impersonales que la mera confianza en el buen juicio del Mandatario.

Sería un error creer que el respaldo electoral obtenido por Sebastián Piñera no es ante todo un mandato de confianza en su capacidad de mejorar la seguridad y el orden público, restablecer un clima de mayor entendimiento, devolver el valor a una buena gestión de los asuntos públicos y retomar una senda de progreso.

Consciente de las enormes dificultades de la gobernabilidad moderna y de su debilidad parlamentaria, el Ejecutivo -junto con definir los grandes temas de acuerdo- debe ser muy selectivo en las batallas políticas que decide dar. Lo contrario es malgastar...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR