El realismo mágico de Robert Graves - 26 de Mayo de 2019 - El Mercurio - Noticias - VLEX 787281637

El realismo mágico de Robert Graves

Se replegaron 50 metros debido al ataque alemán. Era la batalla del Somme, en 1916, una de la más largas y mortales de la Primera Guerra Mundial. El joven londinense Robert Graves, de 19 años, era parte del repliegue británico; "un obús de ocho pulgadas cayó a tres pasos de mí. Oí la explosión y tuve la impresión de que me habían asestado un golpe violento entre los omóplatos, pero sin experimentar ningún dolor. Creí que aquella sensación se debía solo al choque producido por la explosión, pero la sangre comenzó a cubrirme los ojos". Con fecha de envío del 22 de julio de 1916, la madre del soldado recibió una carta de parte del ejército británico: "Lamento mucho tener que escribirle para comunicarle que su hijo pereció a consecuencia de heridas".Afortunadamente era un error, Graves sobrevivió y logró recuperarse. Fortuna, decimos, para él y su familia, claro, y también para nosotros, sus lectores, pues el adolescente que ya había escrito poemas durante la guerra se convirtió en un respetado escritor y erudito del mundo antiguo.A Robert Graves (1895-1985) lo conocemos sobre todo por su novela histórica "Yo, Claudio", un retrato de la Roma imperial. Publicada en 1934, la obra se convirtió en éxito de ventas y fue adaptada a la televisión en 1976, en una miniserie que vimos también en Chile. En esa novela Graves demuestra su habilidad de convertir la erudición sobre el mundo antiguo en ideas y relatos. Él se consideraba primero que todo un poeta; esa parte de su obra la leemos en castellano gracias a las colecciones "Cien poemas" y "Poemas". Y tan exitoso como fue "Yo, Claudio", son influyentes sus ensayos "La Diosa Blanca" y "Los mitos griegos".La virtuosa conjunción entre erudición y libertad de pensamiento que caracteriza a Graves también se luce en "El paraíso universal", un conjunto de ensayos sobre mitología, religión y cultura que acaba de publicar la editorial chilena Saposcat. La obra apareció en castellano en 1980, traducida por Lucía Graves (hija de Robert) y Maya Flakoll; para esta nueva edición fue revisada por la primera. Además, los textos están embellecidos con dibujos del artista Marcos Sánchez D.Una vez al mes, Robert Graves hacía reverencias a la luna nueva; luego, para atraer prosperidad, giraba tres veces en sus dedos una moneda de plata. Era su tributo a la Musa, a la Diosa Blanca que nutría su poesía. El ritual lo recuerda Neil Davidson en el prólogo que escribió para "El paraíso universal". Y lo confirma, al teléfono...

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