La realidad de la ficción de Damián Szifron - 21 de Febrero de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 558158462

La realidad de la ficción de Damián Szifron

  1. Damián Szifron va a buscar su auto, pero no lo encuentra. En la vereda hay un papel que dice que se lo llevó la grúa. Se indigna: la calle estaba mal señalizada. Uno no podía darse cuenta de que ahí no se podía estacionar.

  2. Szifron va con su mujer, Paula Marull, a una boda. Descubre que muchos saben algo que uno de los que se casa no. Siente la tensión. Se supone, todo tiene que salir bien.

  3. Szifron maneja tranquilo por la ruta hasta que un Audi se le pone detrás. Le hace luces. Como diciendo: "Salí de ahí, basura. Tengo que pasar". En el lenguaje gestual y silencioso de dos conductores que gritan con los vidrios cerrados, discuten. El Audi se escapa a toda velocidad. Szifron piensa: "¿Qué hubiera pasado si yo fuera una especie de corajudo enorme que quisiera cobrar revancha? ¿Qué pasaría si en un par de kilómetros él pinchara?".

  4. Szifron va a un restorán con su mujer. Piden vino y sus platos. Apenas empiezan a comer, uno de los mozos aplaude. "Bueno, bueno, vamos, cerramos: váyanse", dice. Los clientes de otras mesas lo miran. Szifron comienza a discutir. Dice que se va a llevar la botella de vino, que ya pagó, y las copas para tomarlo en una plaza. Que, al terminar, dejará las copas en la entrada del restorán. De la cocina, salen un mozo y un cocinero. El cocinero agarra a Marull de la ropa. La empuja. Szifron, que suele ser un tipo tranquilo, le pega un golpe. De pronto, sin darse cuenta, está peleando contra el mozo y contra el cocinero. Entonces una copa estalla: se revienta en la oreja del mozo. El mozo sangra, llega la policía.

Esa noche, al irse a dormir, Szifron siente que algo se libera. Se da cuenta de que la represión provoca displacer. Después, hay un juicio. Luego, durante un año, Szifron tiene que enseñarles cine a chicos de bajos recursos. Según dijo, disfrutó la experiencia.

Semillas. Estímulos, situaciones. Szifron parte de la realidad para imaginar escenas. Historias con un hilo conductor subyacente, más temático que narrativo: gente que pierde los estribos y siente placer cuando eso sucede. Gente que no aguanta la presión. Personas a las que les parece más lógico hacer algo que reprimirse. La violencia libera energía: globos que se pinchan, vidrios que estallan, fósforos que encienden, relatos salvajes. Escena 2

Szifron tiene un grabador y, a veces, cuando se despierta relata alguna idea que soñó.

Le gusta escribir en cuadernos. Le gusta dibujar la escena, el fondo, el personaje.

"El cine es mi educación. Sin las películas que vi no sé qué clase de persona sería, pero definitivamente sería otra. En la escuela te enseñan qué función tiene...

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