Rápido y glorioso: el camino de Quintanilla en el rally - 9 de Octubre de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 650589029

Rápido y glorioso: el camino de Quintanilla en el rally

"El sueño de Pablo siempre fue ser piloto profesional. Pero acá en Chile es imposible vivir del motocross. Decidió cambiarse al rally cross country porque ahí vio la mejor posibilidad de futuro para seguir desarrollando su carrera y vivir de las motos", recuerda Leonardo Quintanilla, su hermano mayor.

En ese tiempo la disciplina estaba en su mejor momento desde que Carlo de Gavardo la introdujera en Chile. "Había furor por el Dakar, que todavía pasaba por el país, y 'Chaleco' López era piloto de punta", complementa "Leo".

Con el primero que habló Quintanilla para conocer los secretos de esta actividad fue con De Gavardo.

El "Cóndor de Huelquén" conocía al sanantonino desde hacía casi una década. Entrenaban motocross en un fundo en Santo Domingo. Giorgio de Gavardo, padre del fallecido piloto, cuenta: "Carlo iba una vez a la semana y los Quintanilla le volaban la raja, porque el motocross era su fuerte. Se hicieron muy amigos. Ese entrenamiento les servía a ambos".

Y De Gavardo lo aconsejó. "Carlo le dijo que lo hiciera, pero que se preparara bien con alguien para entender la lectura del roadbook y que asumiera que los accidentes en este deporte se pagaban caro", revela Carlos Jimeno, jefe de prensa y mánager de "Quintafondo", y quien cumplió el mismo rol con Francisco "Chaleco" López.

Por 500 lucas

La búsqueda del "profesor" fue casi por descarte. Retirado de las carreras de motos y con otras actividades, De Gavardo no estaba en condiciones de cumplir ese rol.

"Chaleco" López no quiso. "Lo entiendo. Aunque haya buena onda en general, en esto cada uno cuida su parcela, y por esos años él era un piloto de punta y concentrado en tratar de hacer lo suyo", dice Jaime Prohens, quien finalmente le enseñó a Quintanilla. Fue en junio de 2012.

Lo hizo con aprensiones, eso sí. "Los que vienen del motocross en general son levantados de raja. Lo vi como un trabajo más". Prohens cobró 500 mil pesos por cuatro días de entrenamiento.

"Me sorprendió. A diferencia de lo que yo esperaba, llegó muy humilde y con ganas de aprender. Agachó el moño y escuchó todo. Él nunca había andado en el desierto y quedó loco", destaca Prohens.

Su nivel se ratificó al ganar carreras en Iquique, Antofagasta y Vallenar, e incluso una etapa en el Nacional de Argentina. Pero su debut en el Dakar 2013, con una moto Honda, no fue lo esperado. En la cuarta etapa se cayó y se rompió dos vértebras. Prohens sentencia: "Tuvo que tener ese gran accidente para hacer el click. Se pegó por...

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